A pesar de la
escasa repercusión mediática, Semana Santa ha sido -por tercer año consecutivo-
sinónimo de Campeonatos de España de ciclismo en pista, en concreto para las
categorías de juniors y cadetes. Como sucedió en 2017, el velódromo Miguel
Indurain de Tafalla fue el escenario de este evento, que repartió diecinueve
títulos para los juveniles -los mismos que se adjudican en la categoría
absoluta, salvo la persecución por equipos femenina que no tuvo suficiente
participación- y dieciocho para los cadetes, al no incluirse la madison en este
grupo de los menores.
Y aunque se
había anunciado récord de participación, el número total de participantes en
este evento fue exactamente el mismo que el del año pasado, 160 ciclistas, con
78 juniors -55 chicos y 23 chicas- y 82 cadetes -52 y 30-. Independientemente de
que inflar cifras no conduce a nada, lo importante es que año tras año se
consolida una participación en este evento entre 150 y 160 ‘pistards’, con las
habituales federaciones representadas en el mismo: Aragón, Asturias, Baleares,
Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Euskadi,
Extremadura, Madrid, Murcia y Navarra, mientras que la ya desgraciadamente
tradicional ausencia andaluza fue paliada por la participación individual de
los ciclistas del Bike Jerez. Y en unas buenas fechas dadas las restricciones
de Tráfico a las competiciones en carretera, aunque queden bastantes meses para
las citas internacionales de la selección juvenil, en pleno verano.
Euskadi domina en el medallero
Entre los
juniors, Euskadi ha sido la selección que ha dominado claramente, con 23
medallas -ocho oros, nueve platas y seis bronces-, cuadriplicando a la
siguiente en el medallero, la Comunidad Valenciana con seis. Tras unos años con
notables individualidades entre los fondistas juniors como Joan Martí Bennassar
o Unai Iribar en la última edición, Tafalla 2018 no nos ha ofrecido ningún gran
triunfador entre los juveniles, con marcas bastantes discretas en términos
generales. Tan solo reseñar los dos títulos individuales de Beñat Felipe
-scratch y madison- y de la valenciana Melisa Gómiz -scratch y puntos-
Por el
contrario, entre los velocistas, después de unos años de sequía, destacar el
buen nivel de hombres como los vascos Ekain Jiménez y Aritz Urra, los dos con
marcas en el kilómetro de 1:06. Integrantes ambos del trío de velocidad,
ganador del título, el primero se llevaba el kilómetro y el segundo, la
velocidad y el keirin. Incluso el
tercero en liza, el murciano Alberto Pérez, mostró también muy buenas maneras.
Cinco medallas para Benassar y Anguela
Pasando a los
cadetes, el más destacado con diferencia fue el balear Francesc Bennassar
-hermano de Joan Martí-, con un gran nivel pero aún sin definir como fondista o
velocista, y por lo tanto capaz de ganar la persecución, 2.000 metros, con un
tiempo de 2:22.545 o los 500 con 34.359, que mejoraba la marca establecida por
Alejandro Martínez en 2014 (34.380), sumando también un tercer oro en el keirin,
una plata en el scratch y el bronce en la velocidad por equipos.
Entre las
féminas, un paso más para Eva Anguela en su progresión, marcado los 200 metros en
13.034, casi un segundo menos que la segunda clasificada y cuatro décimas mejor
que la junior más destacada. La madrileña se llevaba el oro en cuatro
disciplinas: velocidad individual, por equipos, 500 metros y keirin, así como la plata en el
scratch.
Baleares
terminaba en la primera posición del medallero cadete, con diez metales -cinco
oros, tres platas y dos bronces- por delante de Madrid y de Euskadi.
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