Con el anuncio hoy de la selección
para la próxima manga de la Copa del Mundo de pista que se celebrará del 14 al
16 de diciembre en Londres, Francia ya suma hasta diez ciclistas en las ‘disciplinas
cortas’ en la presente temporada. Una prueba de la fecundidad en la velocidad
masculina en el país vecino, aunque, sin embargo, no terminan de dar con la
composición idónea del equipo de velocidad, la prueba ‘clave’ de cara a los
Juegos Olímpicos. Y es que, por un lado, algunos de los grandes referentes de
los últimos años tienen complicado llegar a Tokio, mientras que a las jóvenes promesas
la cita japonesa quizá les llegue demasiado pronto y su momento sea París 2024.
Hay que remontarse al pasado
Mundial de Apeldoorn en el que Francia se encontró sin arrancador, ya que
Gregory Baugé (1985) no se recuperó a tiempo de su lesión. François Pervis
(1984), que nunca ha sido un habitual de la tripleta gala, se reconvertía en
ese primer hombre diciendo que le gustaría ganar el único oro que le falta,
aunque lo que en verdad pensaba es que sabe perfectamente que la única opción
que tiene de estar en Tokio pasa por dicho cambio de rol. El experimento no
salió mal ya que junto a Sebastian Vigier (1997) –el único que hoy por hoy se
puede dar como fijo- en el segundo relevo, y con la ya tradicional alternancia
entre Quentin Lafargue (1990) y Eric D’Almeida (1987) en la última posta,
Francia se hacía con la medalla de bronce detrás de Países Bajos y Gran Bretaña,
ocupando el segundo cajón, unos meses más tarde en el Europeo de Glasgow, esta
vez solamente superados por los ‘oranje’.
Ya en la presente Copa del Mundo,
el regreso de Baugé como arrancador en Saint Quentin-en-Yvelines permitió
mantener el status, al lograr la plata, en un equipo que completaban Vigier y D’Almeida.
Pero en Milton el resultado fue bastante más discreto, con el sexto lugar, en
un equipo en el que lo más reseñable fue la alternancia en esa primera posta de
Baugé y Benjamin Edelin (1993), un hombre que nunca ha tenido un papel
protagonista en la selección tricolor, aunque lograrse el oro en el Europeo de
Berlín 1997 o el bronce en el Mundial de Hong Kong, ese mismo año.
La semana pasada en Berlin, los
responsables de la velocidad, Herman Terryn y Clara Sanchez, situaban –creo
que por primera vez- a Vigier, campeón de Europa de velocidad en 2017 y
subcampeón del mundo en Apeldoorn, en esa primera vuelta, con Lafargue cerrando
el equipo y con la inclusión en el relevo intermedio de la joven promesa Rayan Helal
(1999), campeón de Europa este año de velocidad individual y por equipos. El
resultado no era el más satisfactorio, ya que la tripleta francesa ocupaba la
quinta plaza, pero el joven Helal terminaba tercero en la individual.
Y aunque no formó parte de ese
equipo, el ex piloto de BMX Quentin Caleyron (1988) debutaba al más alto nivel
con un sobresaliente registro de 9.704 en los 200. Poco habituado aún al ‘cuerpo
a cuerpo’ caía muy pronto en la velocidad, pero el registro de su lanzamiento
es muy a tener en cuenta de cara a ocupar ese puesto que no está muy claro en
el equipo francés.
De cara a Londres, los técnicos
franceses van a dar una nueva ‘vuelta de tuerca’, presentando al equipo que
ganó el oro en el Europeo sub23 de Aiglé. Junto al experimentado Lafargue, llevarán
a Florian Grengbo (2000), Melvin Landerneau (1997) y Helal, que compitieron por
ese orden en el continental. Lo único que no sabemos es si los alinearán así o
harán algún experimento -bendita posibilidad-. Lo cierto es que estos dos
pistards son otros dos nuevos diamantes en bruto: Landerneau lograba la plata
en velocidad cayendo en la final ante Helal; Grengbo venía de ganar la
velocidad por equipos en el Mundial junior y se le dio la oportunidad de
competir en la categoría superior para completar la formación, con ese
excelente resultado.
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