Cuando Bradley Wiggins dejó el record de la hora en 54,526, quedó bastante
claro que sería una marca muy difícil de batir. Primero, porque el ritmo de
las tentativas de los meses anteriores –Jens Voigt, Mathias Brandle, Rohan
Dennis y Alex Dowsett- se detenía de
forma tajante, señal de lo inalcanzable de su marca. Y segundo porque la
alternativa de beneficiarse de la altitud
de Aguascalientes se tradujo en unas
distancias bastante alejadas de la plusmarca del británico, como se vio
este verano con Martin Toft Madsen y Dion Beukeboom.
Parecía, pues, que el record de la hora permanecería invariable algún
tiempo hasta que este mismo otoño el danés Mikkel Bjerg, sin demasiada
preparación –salvo venir con una forma espléndida del Mundial contrarreloj- y
en Odense, a nivel del mar, establecía una marca de 53,730, el segundo registro
de todos los tiempos. Más ilusión causaron las palabras de Victor Campenaerts, al anunciar que lo intentará esta
primavera en el velódromo hidrocálido, tras una preparación en altitud también,
en Namibia.
Pero lo que realmente ha puesto
nuevamente en el candelero este esfuerzo sin par han sido las manifestaciones de Wiggo precisamente cuando entregaba el galardón de la Bicicleta de Cristal al rodador belga: “Le veo llegando a 55. Espero que bata
mi record porque es un buen corredor y una persona realmente agradable”.
¿Hasta qué punto podemos hacer caso a estas declaraciones, a un deseo
eminentemente subjetivo? Aun dando por hecho las notables condiciones de
rodador de Campenaerts, de su experiencia en esfuerzos de una hora, aunque sea
en carretera, y la más que segura preparación para este evento, sería interesante conocer algún dato más
‘concreto’ sobre las opciones del belga. Y para ello he recurrido a uno de mis cualificados
ángeles guardianes, Javier Sola, preparador físico de numerosos ciclistas y
biomecánico.
Con 1,73 de altura y 72 kilos de peso, podemos suponer que el belga
puede llegar, con el oportuno trabajo en la posición, a un CdA de 0,21. Y
rodando en un velódromo a la altitud del mar como Londres tendría que desarrollar una potencia de 484 vatios, o más
exactamente 6,1 vatios por kilo para superar la marca vigente. Algo pero
que muy complicado.
No obstante, esta tentativa en Aguascalientes tendría muchas más opciones, ya
que, de la densidad habitual del aire en la capital inglesa, que es de 1,224
kg/m3, bajaríamos a 1,02 kg/m3. Y si tomamos en cuenta lo expuesto por Eloy Izquierdo en esta misma web, el rendimiento
aumentaría considerablemente. Volviendo a los números, la potencia necesaria en este caso bajaría a 408 vatios, 5,2 por kilo.
“Cualquier corredor que sea un buen rodador es capaz de batirlo”, concluye
Sola. Eso sí, para dejarlo por encima de los 55, como desea Wiggins, la potencia
tendría que subir a 418 o 5,3, lo que creo que también es asumible.
“Hay corredores con condiciones
físicas para batirlo o quedarse muy muy cerca –apostilla Javier Zahonero, destacado preparador y otro de mis
tutores-. Ahora, para batir el récord,
que nadie piense que se va subir a la bici y va lograrlo de buenas a primeras.
Es una prueba que hay que prepararla hasta el más mínimo detalle. Al estar
tan limitado la introducción de innovación en el material con la nueva reglamentación
hay que cuidar todo. Antes de la aplicación del nuevo reglamento podías confiar
en dar con una innovación que permitiese sacar esa ventaja, como hicieron
corredores como Obree. El que se plantee
el récord debe hacerlo con apoyo de un grupo multidisciplinar potente”.
Para los curiosos, decir que aún
existen otros dos velódromos ‘conocidos’ con mejores condiciones de altitud,
como son México, a 2.300 de altitud, y La Paz, a 3.600, aunque este último es totalmente
contraproducente para esfuerzos como éste. Y aunque el recinto mexiquense ha
sido escenario de intentos como los de Eddy Merckx o Francesco Moser, al ser
descubierto presenta los problemas del viento y de la climatología, aparte de
necesitar una adaptación más larga. No
obstante, aquí bajaríamos los parámetros anteriores a algo más de 390 (4,9 por
kilo).
Y decía dos ‘conocidos’ porque existe un tercero recién construido, de
madera y además cubierto, en La Tamborada, Cochamamba (Bolivia), ¡a 2.500
metros de altitud! ¿Factible para un record de la hora? Ahí lo dejo.
Gran análisis y preciosa noticia 👏👏👏👏
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