Llaneras. Foto: Los valores de un equipo |
Y pese a no estar en activo, Saiz
mantiene una profunda conexión con el ciclismo, desde un punto de vista crítico pero constructivo, y periódicamente
podemos conocer sus aportaciones principalmente a través de su cuenta de
Twitter y con ese simbólico ‘Desde mi carrecil’. Y aunque nos consta que
sigue de cerca la pista, nunca ha sido el tema principal de una entrevista, por
lo que, desde Trackpiste queremos conocer su opinión sobre esta disciplina y
sobre su situación actual en España.
“La pista siempre ha sido un buen complemento de la carretera, lo mismo que el ciclocross, dos disciplinas que se pueden y se deben
practicar de forma conjunta. Además, puede
haber transvase entre las dos disciplinas. El caso más claro lo tenemos en Joan
Llaneras, un corredor que venía de la pista, que fue profesional de la
carretera y que no terminó de cuajar, por lo que volvió a los velódromos, para
ser uno de los mejores pistards de todos los tiempos. Pero no sólo él. Mira los
casos de Wiggins o de Thomas. Y en la ONCE he tenido otros ciclistas de los que
Olano es el más conocido, aunque también a otros como Mauri, el propio Llaneras
o Bruyneel”.
Sin embargo, el cántabro se lamenta de que no haya “más actividad de pista con la base,
que les pueda servir para aprender muchas cosas en su formación. Disciplinas
como la persecución son una buena base para la persecución, lo mismo que una
puntuación para correr en pelotón o preparar un sprint. Aquí en seguida se empiezan a orientar hacia la carretera. Quieren
emular a Indurain, a Contador o ahora a Valverde”. Saiz añade que “además, no se les pone fácil a los corredores no sólo para que lo puedan compaginar,
sino para que puedan competir en invierno. No hablo de unos Seis Días, pero
sí de reuniones parecidas que puedan ser un
aliciente para los ciclistas”.
También señala que “hay ciclistas que han estado compaginando, como es
el caso de Unai Iribar o Xabier Mikel Azparren,
pero otros como Iñigo Elosegui, por irnos al campo amateur, que podría ir
bastante bien y se beneficiaría de esta disciplina”.
Sobre la situación de la pista en España
coincide que “es muy triste, pero ¿qué
no lo es en el ciclismo español ahora? No se está realizando un trabajo
programado, porque la Federación no ayuda. No entiendo que ahora mismo no
haya por ejemplo un equipo de persecución, cuando hay buenos mimbres, solo que
hay que animarlos e incentivarlos”. Y aunque no quiere extenderse en nombres,
señala a un Marc Soler “del que ya me he declarado admirador y que ya ha corrido
en pista cuando era sub23”.
Y hablando de que todo un estandarte como Albert Torres no tenga
un equipo pro, manifiesta su extrañeza, pero en unos términos distintos a
los que estamos acostumbrados a escuchar. “Por supuesto que tendría que tener
cabida en cualquier equipo. Las
plantillas son cada vez más amplias, pero no hablo sólo de corredores, sino de
personal auxiliar y ¿por qué no va a caber un corredor más, que es un gran
ciclista y que puede garantizar imagen? Ahora mismo se está impidiendo que se
trabaje en la mejora de las bicicletas con la excusa de que no haya diferencias
entre los equipos, pero para dar agua hay conjuntos que tienen auxiliares
distribuidos en todo el recorrido. Con
unas plantillas así, si cabe toda esta gente ¿cómo no va a haber hueco para un
corredor como él?”. Y aunque Torres no ha estado en su órbita, sí tuvo a
Sebastián Mora en sus inicios como amateur, en el Cueva El Soplao. “Un buen corredor, que trabajaba bien”,
recuerda.
Cambiando de tema, llama la atención que
una prueba tan técnica como el record de
la hora no haya estado en la programación de alguno de sus ciclistas, aunque
Olano estuvo cerca. “Lo pensamos en su momento con Mauri, después de ganar
la Vuelta, pero tuvo una caída, se trastocaron los planes y ya con el Tour no
se volvió a pensar. Con Olano llegamos a ensayarlo, pero sin una preparación
especial, sin que alterase sus planes”.
Y es que la idea es que Olano hiciera un
intento una semana después de que fuera segundo en el Giro del 2001. En los días previos hizo un par de tests de
corta duración que no fueron nada satisfactorios por lo que se descartó finalmente la intentona, prevista en Anoeta, pero sin renunciar a
intentarlo en el futuro. Solamente que
esa oportunidad jamás volvió a presentarse. “Era algo que nos apetecía, y
Abraham siempre fue muy receptivo, pero no salió bien”, termina Saíz.
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