En una época en la que solo
existía un velódromo cubierto en España –Anoeta- la inauguración del de Zaragoza, en 1984, supuso un importante hito, enuna ciudad que tenía bastante tradición de instalaciones similares, aunque
ninguna había perdurado hasta entonces. Y es que ser descubierto y de cemento
era lo normal en aquella época, pero sus medidas, 250 metros, y sobre todo la inclinación de su peralte, 45
grados, hacían pensar en un recinto importante. Por cierto, en su
inauguración participó el mítico Guillem Timoner, en ese regreso a los 58 años que
al final fue más ruido que nueces.
Pero el velódromo jamás tuvo el uso que se pensaba e incluso tuvo que
acometer unas obras en 1992, con la ayuda del CSD para que pudiera usarse.
En esos años tan sólo acogió un Campeonato de España, el año 1989 y de cadetes…
para languidecer.
Foto Angel Giner / El Periódico de Aragón |
A
partir de 2013 la situación cambió con la llegada de un nuevo equipo gestor a
la Federación Aragonesa de Ciclismo, y con dos antiguos pistards como Alfredo
García y César Latorre al frente del apartado técnico. Lo
primero que hicieron fue recuperar el uso del velódromo, pasando a depender la
gestión, que antes era del Ayuntamiento, de la propia FAC. Y en segundo lugar
usarlo una vez por semana para la actividad en pista de la selección aragonesa
y abrirlo a los clubes, así como repartir el uso con la Federación Aragonesa de
triatlón..
Desde entonces la actividad en pista de Aragón no ha
parado de crecer, teniendo un hito con Sergio Pérez cuando en 2015 rompía una
sequía de 23 años al ganar un Campeonato de España junior. Desde entonces
Aragón ha estado presente en todos los Nacionales y el trabajo de sus técnicos
se deja sentir… aunque aún queda mucho trabajo por delante.
Como se puede ver en las
imágenes, el velódromo zaragozano –el único en esta Comunidad- muestra un más que aceptable estado de
conservación, si bien no estaría mal que se le repintase, ya que la última capa
es de una pintura bastante rugosa, lo que lógicamente afecta a las
condiciones de rodadura. Eso sí, pensar hoy por hoy en cualquier tipo de cambio estructural es una auténtica utopía,
aunque el recinto en el que se encuentra englobe otras instalaciones
deportivas.
Por lo demás, recordar que desde 2017 se denomina
oficialmente velódromo David Cañada, como homenaje al ciclista aragonés
desaparecido prematuramente a los 41 años.
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