Vladimir Vackar-Miroslav Vymazal. Foto: Brnensky.denik.cz |
Sin
embargo, no hace muchos años, el tándem
se asociaba preferentemente al ciclismo en pista, a una modalidad de velocidad
practicada en los velódromos de forma paralela a otras disciplinas como la
velocidad, el kilómetro, la persecución o la puntuación. De hecho, se trataba
de una velocidad, solamente que con una distancia más ‘larga’ para el
lanzamiento de los 200 metros y con el
mismo tipo de enfrentamientos directos en rondas hasta llegar a la final.
No he
tenido la suerte de ver en vivo una velocidad tándem, pero José Antonio Escuredo me comenta que “resultaba impresionante”. Y
es que estamos hablando de unas máquinas de dos metros de largo capaces de
ponerse a más de 70 kilómetros por hora, aunque tanto como la velocidad impresiona la habilidad de los pilotos, coordinados
con sus compañeros, para manejar estos artilugios. Estas imágenes así lo
atestiguan.
La
velocidad tándem estuvo incluida en el
programa de los Campeonatos del Mundo desde 1966 hasta 1994 -aunque de mucho antes en los JJ.OO- y sí recuerdo haber
visto en televisión imágenes de algún evento, en el que tradicionalmente
dominaban los entonces llamados checoslovacos, ganadores de nueve ‘arco iris’
con distintas parejas como Vladimir Vackar-Miroslav Vymazal o Ivan Kucinek-Pavel
Martinek, que no tuvieron demasiado renombre en otras disciplinas. No es el
caso del francés Frederic Magne, uno de
los más destacados especialistas de la última década del siglo XX, que junto a
Fabrice Colas logró cuatro títulos mundiales (1987, 1988, 1989 y 1994),
destacando también en el entonces pujante keirin, disciplina en la que se hizo
con el ‘arco iris’ en 1995, 1997 y 2000. También encontramos en el palmarés de
esta disciplina a otros grandes
velocistas como el francés Daniel Morelon o el italiano Roberto Chiappa.
Es
curioso que en aquellos tiempos España contaba con dos pujantes velocistas como
José Manuel Moreno y José Antonio Escuredo, pero jamás llegaron a competir en un tándem. “Llegamos a prepararnos, pero
se eliminó la especialidad. Fue una pena porque pienso que podríamos haber
formado un buen tándem”.
Escuredo, en el Mundial de 2016 con Porto. Foto: CPE |
Sin
embargo, Escuredo sí llegaría a competir
en tándem… pero ya en paraciclismo, junto a José Enrique Porto antes de que
el atropello intencionado que sufrió el de Salt acabase con su intención de
estar en Río 2016. “En el Mundial anterior, el único en que competimos, hicimos cuartos, después de haber marcado
el tercer mejor tiempo en 200 metros. Pero me faltaba aún mucha técnica. Y
aunque estaba mejorando bastante, el atropello lo fastidió todo”.
Porto ya había sido bronce olímpico en
Londres 2012, con otro histórico velocista como José Antonio
Villanueva en esta misma disciplina, y plata en el kilómetro. “A mí siempre se
me han dado mejor estas disciplinas cortas, y la velocidad era la más
espectacular. Por ello es una pena que ya no esté en el programa olímpico”.
Y es
que, desgraciadamente, el camino de la
UCI respecto a los tándem en pista, y a otras disciplinas, parece ir por otro
camino, el de pruebas para ambos sexos, y en el último Mundial ya vimos un
experimento con un relevo mixto que apenas deparó interés.
Mi recuerdo es que era espectacular. Creo que la velocidad que alcanzaban era muy grande, ese es al menos mi recuerdo y más sorprendente me resultaba la compenetración entre ambos ciclistas.
ResponderEliminarA mi también. La velocidad es lógica al ser dos velocistas 'high class'. Pero la compenetración, el saber estar disponibles LOS DOS para ese cambio de ritmo que sea letal es algo impresionante, fruto del trabajo conjunto durante muchas horas.
Eliminar