Sede de los Nacionales cadetes en 2007. Foto: Román Mendoza |
La
característica principal de esta instalación, propiedad de la Fundación Municipal
de Deportes, pero cedido a la Federación Castellano-Leonesa, es la visera que cubre las gradas y buena
parte de la pista, de cemento, con una cuerda de 250 metros. Sin embargo,
es una protección más estética que práctica ya que no impide que la pista se moje o se hiele y con ello se hace casi
imposible rodar. Y es algo que
sucede muchos días al año en aquellas latitudes.
Además,
esta climatología afecta a la pista que
llega a levantarse en esos meses invernales, causando bastantes problemas. Y claro, para arreglarlo hace falta invertir
y parece ser que los proyectos van por la mejora de la cubierta, no de la pista
que, según algunos practicantes consultados, necesitaría una completa remodelación.
Deterioro en el recién construido velódromo salmantino. Foto: La Gaceta |
Unos
fondos que podrían haber provenido del recientemente construido velódromo de
Salamanca, ya que es preferible un buen recinto a dos con problemas, según
piensa la mayoría. Porque el neonato de
La Aldehuela –oficialmente Agustín Tamames- ni siquiera está homologado debido
a los problemas surgidos. En este caso, las competencias entre el
Ayuntamiento salmantino y la empresa gestora son las causas de que no se
afronten esas obras necesarias, sobre todo, desde el punto de vista de la
seguridad. Por ejemplo, la protección
exterior de los peraltes, ya que un accidente en esa zona puede originar que
los corredores caigan al vacío, o el sistema de evacuación en ambulancia.
Incluso en este año escaso que lleva terminado ya han aparecido algunos
desperfectos en el suelo, como muestra esta imagen de La Gaceta de Salamanca.
Curiosamente
un recinto histórico como el de El Tiemblo –una pista de 333,33 metros, en cemento, descubierta, con más de 50
años de existencia y que fue el escenario del vigente record de la hora nacional- es uno de los que en mejor estado se conserva, a pesar de sus muchas
limitaciones, después de que fuese repintado recientemente, y es
perfectamente válido para labores de promoción de ciclismo escolar. Por el
contrario, el otro velódromo de la provincia, también con mucha historia
–muchos años acogía el final de la etapa por la serranía abulense, como aquel
lejano 1983 en el que Bernard Hinault dinamitó y recuperó una Vuelta que tenía
perdida- no es sino un recuerdo ya que la
ampliación del estadio de fútbol aledaño se llevó consigo las rectas y cuya
destrucción total se completará en breve con la eliminación de los peraltes.
Foto de Madrona por Peter Lorenzo en Deskgram |
En Coreses, en las afueras de Zamora, aún se conserva un
velódromo en relativo buen estado que cumple con esa función de aprendizaje
entre los más jóvenes, aunque no se le puede
pedir mucho más. Por el contrario, el de Madrona,
en la periferia segoviana, está prácticamente abandonado y, debido a la
ausencia de infraestructuras complementarias como vestuarios, parece cuestión
de tiempo que pase a la historia y se dedique a otros usos.
Burgos
también tiene pista, aunque se encuentre
clausurada por el Ayuntamiento debido a sus deficientes condiciones. En
estos días de promesas preelectorales ya hemos oído ideas para recuperarlo,
aunque nos permitimos tomarlo con toda cautela.
Y
mientras tanto, en Soria, como en otros muchos puntos de España, algunos fanáticos de la pista como los
hermanos González tienen que ‘simular’ un velódromo en calles o carreteras
desiertas… si no quieren o pueden trasladarse cientos de kilómetros, en
este caso hasta Tafalla, para entrenar.
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