Hace mucho tiempo escuché
que en España había seis velódromos
cubiertos: Palma, Valencia, Anoeta, Tafalla, Galapagar…. y Torrepacheco. Y
no es porque el recinto murciano esté techado, sino que el bajo índice
pluviométrico en esas latitudes, y la escasa humedad en cualquier mes del año, se podría considerar la mejor garantía de
que se pueda rodar en todo momento por esta pista.
Pues bien, siguiendo con la
guasa, podría decirse que Murcia tiene
desde hace pocos meses un segundo recinto ‘cubierto’ tras la recuperación del
velódromo de Molina de Segura, cuya remodelación terminó a comienzos de
este año, y que ha sido bautizado con el
nombre de Alejandro Valverde, a pesar de que el flamante campeón del mundo
hace mucho que no se prodiga en estos escenarios. En cualquier caso, mucho mejor que el de ‘La Polvorista’ por el
que era popularmente conocido.
Sobre el velódromo de
Molina, decir que tiene ya sus añitos, puesto que fue inaugurado en 1982 y poco a poco cayó en desuso hasta quedar
completamente abandonado, convertido en un estercolero, aunque el esfuerzo
del consistorio, de una persona muy vinculada al ciclismo como Miguel Angel
Cantero, y el interés de la Federación Murciana han contribuido a que nuevamente esté en funcionamiento desde inicios de este 2019.
De
la misma época es el otro velódromo murciano, el referido de
Torrepacheco, y aunque este nunca estuvo abandonado, su lógico deterioro por el
paso del tiempo obligó a que fuese remodelado en 2006, para acoger unos Campeonatos de España cadetes dos
años más tarde, y con algunas otras actuaciones en los años siguientes.
La característica principal
de estas dos pistas es que son
prácticamente idénticas, y por su ubicación los pistards murcianos pueden
optar por uno u otro, según la cercanía de los mismos. Como otros muchos
recintos en España, adolecen de los fallos habituales –botes y ‘escupir’ en las
curvas- por lo que no son idóneos para
competiciones de alto nivel, “pero cubren perfectamente su cometido, para
pruebas de menor entidad y para entrenamientos. Con lo que tenemos en
Murcia ahora mismo a nivel de corredores en pista, nos es suficiente”, valora
el técnico murciano, Pablo Aitor Bernal.
Y para terminar con
velódromos cubiertos en Murcia, recordar que, en la década pasada, en otros tiempos muy distintos en lo que
era la percepción social, la ciudad de Murcia llegó a contemplar la
construcción de un velódromo indoor, pero de verdad, de los que tienen
techo por encima. No dejó de ser una de las muchas promesas políticas que se
las llevó el viento, o simplemente la cruda realidad.
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