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Foto: Twitter Oscar Pelegrí |
Me gustaría compartir lo que ha sido una
experiencia inolvidable como deportista. No había imaginado vivir algún evento
de este calibre, y es que me he quedado impresionado de la magnitud y la buena
organización de estos Juegos Europeos celebrados en la ciudad de Minsk. Nada más llegar
al aeropuerto me encontré con un ambiente diferente con una cantidad de
voluntarios recibiéndonos allí mismo, y esa sensación continuó al llegar a la
Villa de los atletas y durante los siguientes días cuando iba y volvía del
velódromo, pero el gran momento fue la ceremonia de clausura en el Dinamo
Stadium. Y es que por bien o mal que te salga la competición, siempre se
quedará en el recuerdo los diferentes momentos vividos, y es esta la razón por
la que decidí renunciar al campeonato nacional de ruta y optar por estos
Juegos.
En cuanto a la competición respecta, he
llegado a casa con sensaciones contradictorias. De las tres pruebas en las que
he competido, he realizado dos buenas y una mala, justamente en la que esperaba
realizar mejor papel.
Empecemos por partes. Las dos primeras
pruebas las realicé individualmente, lo que me motivaba para comparar mi nivel
físico respecto a rivales internacionales y así conocer en qué situación estoy,
ya que en las dos copas del mundo que realicé en el mes de enero solamente pude
participar en madison, y en esta prueba influyen más factores que el del
rendimiento físico. Por esto afrontaba el scratch con muchas ganas al ser una
prueba impredecible, en la que no se sabe cuándo va a ser definitivo cualquier
movimiento. Por esto opté por una táctica de buscar mi oportunidad de atacar
para ganar vuelta sobre mitad de carrera. Para ello utilicé un desarrollo que
me beneficiase en ese intento, aunque siendo conocedor que poco tendría que
hacer si llegase en un esprint masivo. Llegado el momento busqué mi oportunidad,
pero no pudo ser y finalmente terminé en 13ª posición, un lugar del que no
estaba contento, pero sabiendo que había terminado la prueba con buenas
sensaciones y jugando mis cartas.
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En acción en la puntuación. Foto: COE |
Al día siguiente, el viernes, estaba la
puntuación en el programa, una prueba que se adapta mejor a mis características,
pero sin saber cómo respondería a los diferentes cambios de ritmo provocados
por los esprines. La táctica que tenía pensada era conservadora para intentar
terminar entre los diez primeros. Para ello debía estar resguardado en las
primeras 50 vueltas, buscar puntuar en algún esprint en las siguientes 30-40 y
después estar atento a los movimientos finales para ganar vuelta. Empecé
confiado por las sensaciones del día anterior, y ya en las primeras 10 vueltas
me encontraba bien (intenté colocarme en el primer esprint pero preferí no dar
el máximo para no precipitarme). Unas vueltas más tarde decidí entrar en un
esprint pudiendo conseguir los 5 puntos, y a partir de ahí cambié la táctica ya
que me veía bien para conseguir puntos. También busqué coger vuelta, pero sin
vaciarme en el intento ya que los dos ciclistas que encabezaban la prueba
tenían un golpe de pedal mayor al resto. En los siguientes esprines iba
puntuando poco a poco y teniendo algunos fallos que debería tratar de pulir en
las siguientes puntuaciones que realice, y de repente me vi en la parte final
en 6ª posición con posibilidad de ascender en la clasificación. En el último
esprint busqué la mejor rueda y gracias a ello conseguí la 4ª plaza en ese
esprint y en la clasificación final, algo que me sorprendió ya que no pensé en
ningún momento poder terminar en las posiciones delanteras.
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Con Zuazubiskar en la madison. Foto: COE |
Y ya el sábado terminaba mi participación con
la madison, junto a Illart Zuazubiskar. Esta era la prueba que más ganas tenía
ya que esperaba una mejoría de las copas del mundo seguida de la cuarta
posición del día anterior, pero realmente fue lo contrario. En los
entrenamientos previos a esta cita me encontré bien y ello me hacía pensar que
estaba preparado para mostrar dicha mejoría. Empezó la prueba y ya en los
primeros relevos las piernas no me funcionaban como en el scratch y puntuación
y noté la falta de frescura después de los días anteriores, lo que propició una
falta de concentración y que cometiese muchos fallos seguidos perdiendo la
confianza conmigo mismo, algo que lo pagamos en seguida perdiendo la vuelta muy
pronto. A partir de aquí solamente tenía ganas de que terminase, pero quedaba
muchísimo por delante y volvimos a perder más vueltas hasta que los jueces nos
retiraron a falta de 40 vueltas del final. Nada más terminar estaba realmente decepcionado
con mi rendimiento y viendo cómo, de un día para otro, pasas de tener la moral
por las nubes a estar en el suelo, algo duro de asimilar. Por suerte con un mal
rendimiento en una prueba no debemos calificarnos como malos ciclistas, y lo
que nos queda es buscar nuestras dificultades para trabajar sobre ellas y
volver con mayor nivel y demostrarme a mí mismo que puedo rendir bien en esta
prueba
Por último, tengo que agradecer a todas las
personas que han contribuido tanto a que pueda estar en esta competición y a
los que han cuidado de mí para que diese lo mejor de mí mismo en cada una de
las pruebas.
Un fuerte abrazo a todos. Oscar Pelegrí
Ferrandis
Tú mismo lo has dicho, un mal rendimiento en una prueba no te califica como mal deportista, a veces no siempre le salen bien las cosas a uno quiere, el cuerpo es el cuerpo, él es el que decide. Eres un gran profesional, quedate con lo bueno y a continuar creciendo. Tienes todo el apoyo de los tuyos. ¡Mucha fuerza y a topee Oscar!
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