British Cycling desvela la bicicleta de vanguardia que utilizará en Tokio

En un guiño a la icónica bicicleta ganadora de la medalla de oro olímpica de Chris Boardman en 1992, British Cycling ha desvelado la bicicleta de vanguardia que el equipo de pista de Gran Bretaña montará en los Juegos Olímpicos de 2020, y que se estrenará este fin de semana en la Copa del Mundo de Minsk (Bielorrusia), y que continuará una semana más tarde en la de Glasgow.

Clancy, con la icónica máquina. British Cycling
El proyecto ha sido desarrollado por Hope Technology, con el apoyo de la firma automovilística Lotus y con pruebas tanto en el túnel de viento en Southampton, como los tests por parte de los propios ciclistas en la sede de British Cycling en el Centro Nacional de Ciclismo de Manchester.

Tony Purnell, jefe de tecnología del equipo ciclista de Gran Bretaña, manifestaba que “es el equipo soñado de destreza en ingeniería. Hope Technology ofrece estándares de fabricación de alta calidad y Lotus Engineering es reconocida por su diseño ligero y su excelente eficiencia aerodinámica. Después de un gran esfuerzo de nuestros patrocinadores para hacer realidad esta bicicleta, tenemos la tarea de evaluar la bicicleta para garantizar que tenga el rendimiento correcto en Minsk y Glasgow, y por supuesto en Tokio, y proporcionar comentarios a los equipos de ingeniería de Hope y Lotus".

Stephen Park, director de rendimiento, añadía que “el desarrollo de la nueva bicicleta de pista refleja nuestra aspiración de ser los líderes mundiales en innovación y aerodinámica, y ha sido un esfuerzo de colaboración impresionante con nuestros socios para producir una bicicleta de pista respaldada y valientemente innovadora para usar en los Juegos Olímpicos. La respuesta de los ciclistas y entrenadores en las pruebas hasta ahora ha sido positiva, y esperamos con ganas las mangas de Minsk y Glasgow de la Copa del Mundo como oportunidades para evaluar y refinar aún más la bicicleta. 


La Lotus Type 108 fue llevada a la gloria olímpica por Chris Boardman en la persecución individual en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Es una de las bicicletas más emblemáticas en la historia del ciclismo, por su avanzado perfil aerodinámico de un cuadro de carbono monocasco que minimizaba el peso y maximizaba el rendimiento aerodinámico.

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