El pasado jueves, el
Ministerio de Cultura y Deporte redactaba un documento en el marco de esa mal
llamada ‘desescalada’, que justificaba la reanudación de la actividad
deportiva profesional en base a la normalización de la vida cotidiana, la
reputación de España, los problemas económicos del deporte profesional e
incluso la catalogación del entrenamiento como un trabajo, contemplando tres
escenarios graduales. Un informe que no querían hacer público hasta que el
Ministerio de Sanidad no tomase una decisión, pero que aparecía entre ese
mismo día y ayer publicado en numerosos medios y que podéis consultar en este enlace, así como ver en el cuadro adjunto.
Se trata de un documento
genérico, pensado para aquellos deportes con liga profesional -básicamente el
fútbol- claro está-, centrado individualmente en esa calificación tan sui géneris
como son los DAN -deportistas de alto nivel- y en el control que se puede hacer
en instalaciones como las de Alto Rendimiento. Un plan en el que es
complicado encuadrar al ciclismo, en sus distintas disciplinas, categorías o
tipos de competiciones.
Mucho más útil me parece el
documento que hoy ha publicado la Federación Francesa de Ciclismo, por su
personalización en nuestro deporte. Tras recordar que este organismo ha
adoptado, “desde el comienzo de la crisis, una actitud ejemplar, responsable y
cívica, que ha resultado en un claro apoyo a las directivas gubernamentales”, se
reclaman una serie de acciones en tres pasos al entender el ciclismo como “deporte
individual y el deporte principal del verano, se tengan en cuenta en un plan de
tres pasos”.
El primero de ellos es la
actividad física individual. “Como una primera señal de esperanza para nuestros
licenciados, así como para todos los practicantes, es determinante que la
práctica individual del ciclismo pueda reintroducirse a partir del 11 de mayo
-fecha hasta la que está indicado el confinamiento-. Sería impensable que
las restricciones sobre la práctica individual del ciclismo pudieran continuar
más allá de esta fecha, en un momento en el que cada vez más voces, como la
de la OMS, están aumentando para subrayar los beneficios de la práctica del
ciclismo. Esto constituiría una discriminación real con respecto a nuestro
deporte cuando, por el contrario, la bicicleta presenta una oportunidad sin
precedentes para transformar la movilidad en nuestro país de manera profunda y
sostenible”. No hace falta añadir más.
La segunda fase se refiere a la
actividad de los clubes que consideran “un segundo elemento esencial para
prepararse y reanudar con éxito la práctica. Creemos en las virtudes
educativas del deporte en general y del ciclismo en particular, que priorizan
los valores asociativos”.
Y aunque la FFC considera que “estamos
trabajando en un plan de bienvenida y nuestro objetivo es demostrar claramente
que con gestos de barrera fácilmente aplicables y respetando las medidas de
distanciamiento social, es posible practicar ciclismo, sin exponerse ni
otros en riesgo de contaminación”, en este caso no vale sólo con buenas
palabras.
La distancia social es un
factor que resulta imposible aplicar en ciclismo -ni en cualquier deporte
de equipo o de grupo- y extremar las condiciones higiénicas en algunos casos es
irrealizable (por ejemplo, mascarillas). Tan sólo la medida de hacer tests a
los distintos integrantes de un grupo de entrenamiento para asegurar que ningún
practicante esté enfermo tendría algún valor, pero a día de hoy resulta
imposible debido a la escasez de estos análisis. Por cierto, la idea fue
lanzada por La Liga… y se les han echado encima. La toma de temperatura
podría ser una alternativa, aunque poco fiable, debido a los famosos ‘asintomáticos’.
Está claro que en ciclismo es imposible la distancia social |
La vuelta a la competición
El tercer paso es la competición y la nota de la FFC comete un error de bulto al decir que “el ciclismo es un deporte al aire libre que encuentra su mejor expresión durante el verano”. Obviamente se trata de echar un capote al Tour, pero se obvian otras disciplinas como la pista.
“Al igual que otros sectores, nuestro
deporte está en el corazón de la vida social de nuestro país. Por lo
tanto, contribuye en gran medida a la influencia, el dinamismo y, en
general, a la animación de nuestros territorios. En un momento en que
nuestro país debe iniciar una dinámica de recuperación económica, nuestras
actividades, a través de la organización de eventos deportivos, representan una
herramienta fuerte, inmediata y poderosa para apoyar el renacimiento de nuestro
país. Por eso, nos parece fundamental poder organizar nuestras
competiciones, en el respeto de las medidas sanitarias definidas por el
Estado, lo más rápido posible”, se argumenta con razón en el documento, aunque
como sucedía con el segundo punto, hay que buscar planes de actuación: en este sentido, lo más interesante, aunque no se extienden, es "encontrar nuevos formatos de pruebas que se adapten a las restricciones sanitarias".
Aparte del control de salud de los participantes, en este caso hay que tener en cuenta a los espectadores, que pueden resultar los mayores vectores de contagio, si se producen altas concentraciones. Por ello, en la mayor parte de los documentos similares que están surgiendo se contemplan dos premisas: competiciones a puerta cerrada, o con la mínima presencia de público posible, y limitando al máximo posible los acompañantes de los competidores, tanto de los equipos participantes, como los ‘neutros’ (personal del recinto, prensa…).
Pocos espectadores, pero demasiada gente en la pelousse. Foto: @hirakimedia /World Cup Brisbane |
Por supuesto, se habla de la supresión
de todos los servicios complementarios (bares, stands de promoción o
merchandising…), entendiéndose incluso como accesorio todo lo que no es la competición
deportiva, como por ejemplo las ceremonias protocolarias.
En segundo lugar, habría que
tener muy claros los escenarios de las competiciones. Una carrera de un día
con la salida y la meta en un mismo lugar es mucho más controlable que una por
etapas; una competición con pocos participantes, mucho más segura que una
con muchos. Y cuando todos ellos están en un mismo epicentro -por ejemplo, alojados
en un mismo hotel-, y relativamente aislados del resto de gente, mejor. Por
ello me parece un ejemplo a tener en cuenta el final que se maneja para la ACB
de concentrar en una sola sede todos los partidos, a puerta cerrada, por
supuesto. Y preferiblemente en una zona con poca presencia de la enfermedad;
por ello se baraja Canarias.
Una idea que podría ser
perfectamente aplicable al ciclismo en pista, aunque ya tendremos tiempo para desarrollarlo.
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