La reestructuración técnica de Cycling Australia, anunciada la pasada semana, ya tiene una primera víctima visible en la persona del técnico de velocidad Ross Edgar, que hoy ha hecho público un comunicado bastante duro sobre la situación.
Edgar, en su época de corredor. Foto: Bristish Cycling |
“Sin
consulta, sin compensación, sin remordimientos”
dice el ex velocista británico, subcampeçón olímpico de keirin en Pekín’2008 y
dos veces medalla de plata en los Mundiales de velocidad por equipos, en un amplio comunicado en su cuenta de Twitter “Esto
nos da 60 días para dejar Australia, bueno 57 ahora, con nuestro bebé de cuatro
meses en medio de una pandemia mundial. ¡Gracias Simon!”, en referencia a
Simon Jones, director de rendimiento de Cycling Australia.
Edgar, que se
incorporó en 2017 procedente del Centro Mundial de Ciclismo de la UCI, reconoce
que quería terminar este proyecto “a pesar de las pruebas y tribulaciones
del día a día” para regresar a Europa después de los Juegos, “pero nuestro
regreso se ha adelantado brutalmente”.
Tras agradecer
a los deportistas poder haber trabajado con ellos, y al personal de Cycling
Australia “que ha hecho de nuestro viaje a Australia una experiencia
inolvidable y positiva con amigos que durará toda la vida”, Edgar se
lamenta de no haber sido informado previamente de esta situación ni sobre
los otros cinco técnicos que serán despedidos, a la vez que pronostica que
estos profundos cambios “impactará fuertemente en los recursos disponibles para
los atletas y cambiará fundamentalmente la forma en que todos los
entrenadores trabajan antes de los Juegos”. Y aunque se considera “desinflado,
pero no derrotado”, pronostica éxitos para sus velocistas, ya que “son algunos
de los más talentosos y trabajadores atletas que he visto y las recompensas
serán suyas”.
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