El velódromo
de Asker -un suburbio en las afueras de Oslo-
está más cerca de ser una realidad después de que ayer se diera un primer
paso cuando loa presidencia del consejo municipal aprobó proporcionar el
aval para los préstamos necesarios para afrontar esta construcción, que debería
estar dispuesta para 2022.
La decisión debe
ser ratificada en el consejo municipal, donde se mantiene la misma mayoría,
por lo que se espera que no debe haber ningún problema. Igualmente, el
Ministerio debe ratificar esa decisión.
Se trata
del segundo proyecto de velódromo en Noruega, una
vez que el que afrontan los municipios de Sola, Sandnes, Stavanger y Randaberg -a
unos 200 kilómetros al sur de Bergen- debe estar terminado este mismo otoño
si no hay problemas por el coronavirus.
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