Aunque para
muchos aficionados, el japonés Koichi Nakano es el indiscutible rey en la
historia de la velocidad gracias a sus diez títulos consecutivos como
profesional en esta disciplina, los méritos del francés Daniel Yves Morelon pueden
estar por encima si se tienen en cuenta otros factores.
Preparado para la acción. Foto: Twitter David Guenel |
Durante
casi un siglo, la mayor parte de las disciplinas de pista se dilucidaron en competiciones separadas para profesionales y para aficionados, una decisión absurda que en muchos momentos supuso que los mejores no se pudieran enfrentar entre sí, y con unos
criterios poco claros en algunos casos para determinar qué corredores se debían
encuadrar en cada grupo. Estaba claro que Nakano, prestigioso profesional en el
keirin japonés -aunque no de los mejores, como erróneamente algunos han supuesto-
estaba en un grupo, pero que los profesionales de Estado de los países del Telón
de Acero fueran aficionados…
Con su inseparable Trentin. Foto: Wikipedia |
En cuanto a
Morelon, prefirió competir casi toda su vida como amateur, lo que le
permitió poder asistir hasta cuatro ediciones de los Juegos Olímpicos: bronce
en velocidad y noveno en tándem en Tokio 1964; doble campeón olímpico, en
dichas disciplinas en México 1968; un nuevo triunfo en velocidad en Munich 1962
acompañado del ‘chocolate’ en tándem, siempre con Trentin, y la despedida en
Montreal 1976 con la plata olímpica en velocidad… sorprendido por un larguísimo
ataque del checo Anton Tkác en la final. En aquella edición fue además el abanderado
francés. Por todas estas medallas más -y por las que dejaría de ganar en
los Mundiales de esos años en los que no había competiciones de las disciplinas
olímpicas- quizá el palmarés de Morelon sea mucho más amplio del de Nakano,
aunque le dejo a cada cual a quién de ellos quiere poner en la cúspide de la
pirámide de sprinters.
Decíamos que la
mayor parte de la carrera de Morelon fue como amateur, pero no toda. Y es que tras
una breve retirada en 1977, para pasar a ser seleccionador galo, volvió
efímeramente en 1980 como profesional, año en que ganó la medalla de plata
em keirin antes reseñada.
En su
trayectoria mantuvo una interesante rivalidad con Trentin, aunque éste,
aparte de ser su ‘partenaire’ en tándem, se enfocó hacia pruebas más largas
como el kilómetro, disciplina en la que fue campeón del mundo y olímpico.
En 2012 con Quintyn y los nuevos técnicos galos Vetu y Roussseau. Foto: Facebook Daniel Morelon |
Pero también
tuvo otro rival como Gerard Quintyn, con el que lograría el bronce en 1970,
pero con el que compartiría muchos años al frente de la selección
francesa, con un trabajo conjunto y muchas veces con un cierto ‘pique’
entre ellos: mientras que Quintyn dirigía el INSEP en París, Morelon estaba
a cargo del otro centro de alto rendimiento francés, en Hyères. Sea como fuere, de este trabajo
conuunto salió la mejor hornada de velocistas galas de la historia, con los
Florrian Rousseau, Arnaud Tournant, Laurent Gané o Mickael Bourgain, entre otros.
En 2005 le
llegó la hora de la jubilación y dejó la selección gala a la par que Quintyn,
aunque tuvo una experiencia efímera en 2007 cuando fue contratado por China
de cara a los Juegos de Pekín, donde no se pudieron confirmar las
esperanzas depositadas en la velocista Guo Shang. Y aunque oficialmente se retiró
entonces, aún pudo vérsele cuatro años más tarde aconsejando a la selección
oriental.
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