Preparado para correr. Foto: Román Mendoza |
Cuando la mayoría
de los técnicos se sitúan en la zona de contrameta para dirigir a sus
fondistas, Jorge Merino, el seleccionador castellano-leonés, no está en la
‘apron track’ sino dentro de la pista, subido en la bicicleta, dispuesto a
participar. A pesar de sus 44 años, aún sigue tomando parte en algunas pruebas de
fondo de los Campeonatos de España. “Hay opiniones de todos los tipos, desde
gente que me dice que deje de correr, hasta otros que me dicen lo valiente que
soy por meterme a correr una madison en la que suele haber caídas. No tengo el
nivel de Torres, Mora o Zuazubiskar, pero mientras
que me vea con fuerzas para estar ahí…”. Este es nuestro protagonista de la
quinta entrega para conocer y reconocer a los técnicos federativos españoles.
¿Cuál es tu experiencia como ciclista?
De pequeño me
regalaron una bici de BMX, pero un día la cogió mi hermano y se la robaron.
Entonces me compró una de carreras de segunda mano, muy simple, con solo un
plato y tres piñones. Pero me gustó tanto que me apunté al Velo Club Delicias.
Recuerdo que fui a probar con ellos con playeros, una camiseta y chichonera. Al
principio hacía otros deportes, sobre todo natación y baloncesto, pero tuve una
lesión en la rodilla, y a partir de entonces no pude jugar, incluso tenía
problemas para correr. Llegué hasta sub23 –quien esto escribe recuerda una
victoria en Valladolid, en la Vuelta a Castilla y León de aficionados bajo un
impresionante aguacero- e incluso corrí alguna prueba con profesionales
como Rioja, Sabiñánigo, Circuito Montañés o Volta a Portugal do Futuro. El
último año de sub23 tuve una enfermedad y estuve un año parado… aunque aún
salgo en alguna carrera en carretera, pero por participar. ¿Opción de pasar a
profesionales? Llegué a hablar algo con Mínguez, pero sin que se concretara
nada, por el tema de la enfermedad.
¿Cómo te iniciaste en pista?
¿Cómo te iniciaste en pista?
Empecé a
correr 1989-90 hasta la temporada 1993-94. Hubo un año en que me preparé
bastante para los Campeonatos de España, pero la Federación no tenía dinero y
nos dijo que no podíamos ir. Fue un palo muy grande. Para mí siempre ha sido
una forma de mejorar, de coger experiencia. Por ejemplo, un año corrí la
Challenge de Anoeta con gente como Cabestany y Olano, que iban pero que muy
deprisa.
¿Qué recuerdo te ha marcado más como
corredor de pista?
Sin duda, el
Campeonato de España de americana 2002, que gané con Abraham Del Caño. Fue una
carrera muy extraña porque Abraham no había corrido nunca una americana, y yo
tampoco tenía mucha experiencia. La carrera se caracterizó por el marcaje entre
los vascos y los baleares y aprovechamos una de sus arrancadas para irnos por
abajo y coger una vuelta. Luego al final pillamos la segunda, cuando salimos
con los valencianos Carrión-Ferrer y los murcianos Noguera-Castillo, que fueron
los que nos acompañaron en el podio.
Después del
año en que estuve parado, hubo elecciones en la Castellano-Leonesa. Roberto Coca
salió de presidente y me ofreció ser técnico de pista. Al principio esa era la
idea, con José Luis De Santos para la carretera, pero a él le salió la
oportunidad del Nicolás Mateos profesional y al final me terminé haciendo cargo
de todo.
Soy director
técnico. Llevo carretera y pista, pero también ciclocross. ¿BTT? También he
llegado a ser responsable pero solo de nombre, porque les dejaba hacer. Ahora
mismo tienen su propio seleccionador.
Aparte de ciclismo, ¿qué otra actividad
haces?
Colaboro con
la empresa familiar –le cuesta decir el nombre, Transportes Merino-, pero más
que nada les hecho una mano.
¿Cuál es tu momento favorito cuando trabajas
como técnico?
Cuando uno de
los chicos te agradece lo que le has hecho aprender, es el momento más gratificante.
Hay veces que tomas decisiones en que la gente se ve perjudicada, aunque
piensas que es beneficiosa para ellos. Y si al final lo entienden y te lo
agradecen es un gran momento.
En carretera
me gusta la contrarreloj por equipos –recuerdo su alegría cuando obtuvo el
triunfo en cadetes hombres y mujeres en los Campeonatos escolares de Avila 2017-
y por ello me gusta también la persecución por equipos. Pero las más
complicadas son el keirin y la madison –también ha corrido en la primera de
ellas contra gente como Villanueva o Escuredo-. Son las pruebas que
requieren más dominio técnico. Una persecución es lo que das de sí. Pero ver
correr a un Llaneras una puntuación, es una lección de dominio, de todos los
detalles que influyen.
¿Qué recuerdo te ha marcado como técnico?
Como técnico
te diría el Campeonato de España junior 2001 que ganó Ivan Melero, ya que dos
ciclistas tuvieron caídas muy graves: uno de los corredores perdió dos dedos y
el otro recibió bastantes puntos. En pista he tenido muchas satisfacciones,
principalmente porque no tengo mucha gente, pero sí son muy fueles, tienen mucho
compromiso, y siempre acuden cuando les llamo para correr pista. Y entre ellas,
destacaría cuando ganamos la velocidad por equipos cadetes –en 2018 con Adrián
Sigüenza, Iván Gómez y Sergio Fernández- porque preparar una prueba de este
estilo en un velódromo como Valladolid es una auténtica odisea.
En el Mundial de Los Angeles. Foto: Román Mendoza |
Martín Mata. Como
juvenil en Posadas ganó tres medallas Es un corredor muy inteligente, que sabía
lo que tenía que hacer en todo momento. Además, siempre he tenido mucha
afinidad con él.
¿Y un técnico que te haya marcado hayas
trabajado o no con él?
Jaume Mas es
el que me ha gustado como trabaja. Además, tuve la oportunidad de verle en acción en el Mundial de Los Ángeles, donde fui como técnico con la Española.
Nunca tuve la oportunidad de ir como ciclista a la selección, pero así fue
fantástico.
Y para terminar, y sin extenderte –que el tema
da para mucho- ¿qué harías para mejorar la pista?
Estamos muy
limitados en instalaciones. Por ejemplo, en Valladolid no puedes entrenar en
invierno y en el País Vasco, mira lo que pasó con la Liga de Pista en Bérriz.
Si los ciclistas ven que no hay competiciones, no van a prepararse y van a
dejar la pista.
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