La foto de la 'polémica' en Instagram |
La inclusión
entre los elegidos para la próxima concentración de la selección de fondo francesa, el próximo mes de septiembre en Bourges, con los
persecucionistas actuales y de futuro de Francia, pero sobre todo esta
foto que aparecía en su perfil de Instagram, acompañada del texto “Bientôt des
choses à vous raconter!” -pronto habrá cosas que contar- acompañado
de hashtags como #newchallenge #nouveaudéfi #workinprogress, que
no necesitan traducción, despertó hace unos días todo tipo de cábalas sobre el
futuro de Quentin Lafargue como integrante del equipo de velocidad en Tokio y
su hipotética reconversión como fondista.
Hoy, en Direct-Velo explica claramente su postura: “Llevaba
tiempo planteándomelo. El confinamiento me permitió pensar en ello y presenté
la idea a la FFC”, donde el seleccionador de fondo. Steven Henry, aceptó. “Siempre
imaginé que él era el velocista que podría corresponder más a la persecución. Es
un gran desafío para él y para nosotros”.
El pasado
Antes de
entrar en las consecuencias, hay que pensar un poco en las causas. Y es
que, antes de este anuncio, quien más quien
menos, podría pensar en que el de Mazères, que cumplirá los 30 años en
noviembre, era seguro como último hombre en el equipo de velocidad de
Francia, junto a Gregory Baugé, como arrancador, y Sebastién
Vigier, en la segunda posta. Y es que Lafargue venía siendo un fijo en
este tercer relevo desde 2016, habiendo llevado a Francia al cuarto puesto en
2016 y 2020, al tercero en 2017 y 2018, y al segundo en 2019. Una
posición que en Mundiales anteriores había alternado con Michael D’Almeida,
quien le daba descanso en la segunda ronda, o con el joven Melvin
Landerneau el pasado mes de febrero en Berlín. Y es a partir de aquí cuando
podemos hacer muchas cábalas.
Lafargue, con sus compañeros en el Team Voussert. A su derecha, Landerneau,; a su izquierda, Grengbo y Caleyron |
Otro aspecto que tampoco debemos olvidar es que, ni
Gregory Baugé, que llegaría a Tokio con 36 años, ni Lafargue han
destacado en los últimos años en las pruebas olímpicas individuales -velocidad
y keirin- que en Tokio uno de los dos tendría que hacer, acompañando a
Vigier, fijo en ambas. Lafargue se ha centrado siempre en el
kilómetro -campeón del mundo en 2019 y otras tres veces medallista-, pero que
no ofrece garantías ni en velocidad ni en keirin, aunque haya probado en los
últimos tiempos.
Presentación de Look con Landerneau, Gros y Baugé. Foto: FFC |
El futuro
El paso adelante de Lafargue pasaba por
reconvertirse en fondista, algo que a Peralta no le extrañaba “porque en su
época de junior no se le daban mal las pruebas de fondo” y Esteban también
recuerda una puntuación para velocistas en la que les ‘frio’, aunque añade que
“a nivel individual no le veo opciones en el plano internacional, pero Francia
sí necesita alguien que lance a la cuarteta en el primer kilómetro y él podría
ser ideal”. De hecho, hay que recordar que Taylor Phinney fue campeón
del mundo de persecución y subcampeón en el kilómetro en 2009, que Kiam Emadi
hizo idéntica transformación desde velocista a arrancador de la cuarteta
británica, y que actualmente una de las claves de Italia es la presencia de Francesco
Lamon, un persecucionista que es capaz de estar muy cerca del podio
mundialista del kilómetro.
Lafargue, en acción en el kilómetro de Pruszkow, cuando logró el arco iris. Foto: UCI Track |
En cualquier caso, si las opciones de la velocidad
por equipos remozada -sin Lafargue- son estar en el podio de París 2024, los de
la persecución -quizás con él- son muy similares, según indica: “La próxima vez en París, el objetivo no será la clasificación sino
una medalla”.
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