Cuando el próximo 8 de marzo, con ocasión del Día de la Mujer Trabajadora, aparezcan los ya habituales textos alabando el crecimiento del ciclismo femenino, desde TrackPiste tendremos que no sólo que recordar lo que ya escribimos este año -que dicho crecimiento no se refleja en los velódromos-, sino que en 2020 el decrecimiento ha sido la norma general: En Tafalla hay 22 élites, por debajo de las 27 del año pasado y lejos del máximo histórico de 32 en 2017, y, lo que es más preocupante, 29 cadetes, cifra inferior al máximo de 36 en los últimos Campeonatos y en 2012. Tan sólo las juniors mantienen un nivel similar -26 frente a 27-, aunque también por debajo del mayor número registrado, 29 en 2014.
En este caso, las perspectivas no
son demasiado optimistas en las demás categorías, ya que tanto en juniors
como cadetes habrá final directa al haber apuntado sólo tres equipos.
Y desde luego no comparto la
idea de que para completar participación se deben juntar las categorías, es
decir permitiendo que entren juveniles con las élites o cadetes con las
juniors.
La escasez de participación no es
exclusiva en Tafalla de las féminas, ya que la persecución por equipos
masculina se disputará en final directa, al haber sólo tres equipos en liza:
Murcia y Castilla y León, que no suelen fallar, aunque muchas veces tengan un
papel secundario, y el agradable regreso de Madrid, ausente desde 2011. No
están ni Baleares -ganadora de las nueve últimas ediciones-, ni Comunidad
Valenciana -que no ha presentado en Tafalla ni un solo fondista de la
máxima categoría-, ni Euskadi, ni Cataluña. Triste, por no decir preocupante.
Fue precisamente el segundo
Campeonato celebrado en Tafalla, en 2006, el que registró la máxima
participación en esta prueba, con 8 selecciones. Desde entonces, lo más
habitual es que se hayan dado cita seis o siete cuartetas, si bien es cierto
también hubo años de vacas flacas, en concreto 2009, 2010, 2013 y 2014, cuando
solamente se citaron cuatro selecciones. Tres, nunca.
Seis equipos juniors y siete
cadetes nos permiten reafirmarnos en la idea de que hay cantera en la
pista, pero que el problema surge cuando se llega a la categoría élite. De
todas formas, no es el objetivo de este texto profundizar hoy en este aspecto,
sobradamente conocido sin que se apliquen soluciones.
Y terminamos el repaso de los equipos con la velocidad masculina, donde la situación es bastante más positiva, al tener la agradable noticia de la creación de un equipo exclusivo de velocistas como es Gurpea Track Team, que mañana en la final se medirá con Cataluña, que gracias al bastión del Genesis Track Team, sigue manteniendo la presencia que ha tenido en todo este siglo como gran dominadora. Euskadi también presentaba un tercer equipo 'puro' -aunque hoy se haya quedado sin opciones al ser descalificados- en una participación que completan otros dos que han recurrido -como siempre ha sucedido en esta disciplina a nivel nacional- a fondistas para completar los tríos, en una disciplina en la que la gran ausente vuelve a ser la Comunidad Valenciana, que también estuvo en lo más alto en varias de las últimas ediciones.
Terminamos este somero análisis
con las otras dos categorías, en las que encontramos cinco selecciones
juniors y seis cadetes, que en general deben recurrir a fondistas para
completar a sus velocistas puros, que haberlos, haylos, aunque quizá lejos
del nivel internacional que sería deseable. Pero esta es otra historia.
Fotos: de arriba a abajo (Román Mendoza).
- Cataluña celebrando su título en 2019 ¿Tardaremos en tener unas nuevas campeonas?
- Podio de la persecución femenina el año pasado en Valencia.
- Madrid, precisamente en Tafalla, en 2006, no competía en persecución desde 2011.
- Comunidad Valenciana, ganadores en 2004 por última vez, un equipo de velocidad con tradición.
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