En nuestra sexta entrega, encontramos por primera
vez a un exseleccionador, al castellonense José Francisco Jarque, que justo al
inicio de la entrevista nos sorprendía diciendo que había dejado su cargo al
frente de la Valenciana, “porque no se me ha valorado lo suficiente”. Sin
embargo, su experiencia de años como técnico autonómico, así como de pistard de
alto nivel -llegó a estar en los Juegos Olímpicos de Sidney- le convierte en un
candidato idóneo para nuestra sección en la que conocemos y reconocemos a los
técnicos federativos españoles.
¿Cuál es tu experiencia como ciclista?
En mi caso se
puede decir que empecé por tradición familiar. Mi tío fue ciclista y mi primo
también, y de ellos me vino un poco la pasión. Fui pasando categorías y llegué
a profesionales, donde estuve tres años, pero no tuve suerte. Las dos primeras
temporadas estuve en Santa Clara, un equipo con muchos problemas económicos, y
de hecho en el segundo no cobramos nada. Todo ello te descentra. Luego pasé al
Estepona y allí el problema fueron algunas lesiones en momentos claves. Pasé
unos meses fuera de las carreras y luego ya no hubo opción de seguir.
¿Cómo te iniciaste en pista?
Como amateur,
ya corrí el Mundial de Noruega, con 21 años. Hice un Campeonato de España muy
bueno y me surgió la oportunidad de ser seleccionado, pero sin preparación
específica, la persecución individual y por equipos. Pero en esos momentos lo
que quería era pasar a profesionales y aunque no dejé la pista, mi objetivo era
la carretera, hasta que di el salto y lo terminé dejando de lado. Cuando no
renové con Estepona estaba muy desilusionado, no quería saber nada de ciclismo,
pero Toni Cerdá se enteró, no sé cómo, y me ofreció un proyecto de cara a Sidney.
Era lo que me hacía falta para recuperar la ilusión tras un año triste.
Sin duda, los
Juegos Olímpicos. En el mundo del ciclismo en carretera es algo a lo que no se
da mucha importancia. Pero cuando llegas allí, en mi caso a Sidney, y ves cómo
lo viven, cómo todo el mundo se interesa por ti, por tus objetivos, te das
cuenta de que es algo especial, muy importante. Y el caso es que deportivamente
no me fue muy bien. A última hora Toni (Cerdá) decidió llevarme a mí en vez de
a Sergi (Escobar), y se ve que hubo algún error burocrático, porque nada más
llegar al aeropuerto no estaba en el listado y no pude ir a la villa olímpica. Fueron
tres días en los que estuve dando tumbos, en los que no pude entrenar y
lógicamente entre el viaje y esto me afectó, perdí el punto de forma y la
competición no nos salió bien. Era el último cartucho que me quedaba para
intentar volver a ser profesional. Con la edad que tenía decidí dejarlo definitivamente.
¿Cómo pasaste a ser técnico?
No quería seguir
muy vinculado al ciclismo, pero desde la Peña Benicassim me ayudaron muchísimo, incluso buscaron un
trabajo, el regreso a la vida normal que no es fácil. Y por ello, me comprometí
con el club, a ayudarle con los juveniles, primero y luego más cosas. En cuanto a la selección valenciana,
Salva Meliá estaba como seleccionador, y yo le echaba una mano de vez en
cuando. Pero cuando le llamaron de la Española (2013), me propusieron
sustituirle y acepté.
¿Qué trabajo hacías en la Federación Valenciana?
Estaba como seleccionador, con la ayuda de Guillermo Ferrer, que es quien se ha quedado ahora al frente. Aparte de la selección, llevábamos la coordinación de las competiciones y de los entrenamientos. Con él he trabajado bastante bien. Lo que sucede es que en la Valenciana querían hacer un proyecto nuevo y hubo desacuerdo por la forma de afrontarlo, porque pienso que no se me ha valorado lo suficiente. Por ello decidí dejarlo.
Trabajo en el
sector de los azulejos, que es una actividad muy importante en Castellón, y en
el ciclismo, he estado muchos años vinculado con el club de Vall d’Uxó, en el
que incluso fui presidente, pero también lo dejé.
¿Cuál es tu momento favorito cuando trabajas
como técnico?
Aunque la
competición es muy importante, personalmente me siento muy satisfecho cuando
llegan chavales con poca técnica, pero con mucha ilusión, y ves cómo dándole unas
pocas enseñanzas, unas lecciones teóricas, el cambio de un niño en una tarde
puede ser muy importante. Para mí es muy satisfactorio vivirlo.
¿Cuál es tu disciplina favorita?
Cuando corría
era la persecución por equipos, que era lo que hacía. Pero ahora me encanta la
madison, por la espectacularidad, por lo difícil y lo dura que es. Hay muchos
aspectos exteriores, que te pone la competición, y tienes que ser muy
inteligente en carrera para saber actuar en los momentos clave. Además, no
depende sólo de ti, sino también de un compañero que no sólo debe estar al cien
por cien como tú, sino con el que tienes que estar muy compenetrado.
Ninguno especial,
sinceramente. Es cierto que tengo muy buenos recuerdos de estos seis o siete
años, porque han sido muy buenos a nivel deportivo y hemos tenido grandes
resultados. Es importante ganar, pero también aprender y contribuir a que los
chavales logren sus objetivos.
¿Un corredor o corredora al que haya
dirigido y te haya dejado huella?
Por su
valentía y por sus ganas, Manolo Peñalver, aunque de su edad hay varios así,
como Josué Gómez. Es un ciclista que me llamaba muchas veces para ver si podía
sacar un hueco para entrenar en el velódromo. Con él he trabajado mucho y la
pena es que no corra apenas en pista ahora que ya es profesional de carretera.
¿Y un técnico que te haya marcado, hayas
trabajado o no con él?
La verdad es que sólo he tenido a uno, Toni
Cerdá, y lógicamente me ha influido en muchos de sus valores. De los actuales,
te diría que Raúl Mena, el seleccionador nacional. Creo que organiza y trabaja
bien, aunque no sea fácil en la situación en la que está y coincido en muchas
cosas con él.
Y para terminar, y sin extenderte –que el tema
da para mucho- ¿qué harías para mejorar la pista?
Es curioso, pero la pista no ha cambiado nada
en estos 20 o 25 años. Sigue teniendo el mismo problema que entonces, que
cuando corría. Y es la mentalidad de las personas que dirigen los equipos, los
que orientan a los corredores. Gente que dice que la
pista no es buena, y que, a las primeras de cambio, incluso antes de juvenil,
se lo prohíben a los corredores, aunque estos tengan ilusión. Cada día vemos
más ciclistas a nivel internacional que ha hecho pista, y que incluso la
compaginan y ahí están, en lo más alto. Pero en España, mira Mora y Torres, lo
que les ha costado llegar, con varios años en los que ni han tenido equipo. No
nos falla la calidad de la gente, sino no el no poder trabajar con ella.
Fotos: Facebook José Francisco Jarque
Fotos: Facebook José Francisco Jarque
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