Según se recoge en Sportwe Facty, el pasado viernes un camión de Mostotal se
presentó en el velódromo con el fin de incautarse el mobiliario del recinto,
para recoger no sólo el de las oficinas, sino también el deportivo, lo que
obligaría a alquilarlo para la celebración de las dos pruebas antes
mencionadas.
La deuda ahora
mismo asciende a casi 11 millones de zlotys (2,4
millones de euros) y el temor a corto plazo es que algún día se bloquee el
acceso a la pista y Polonia se quede sin su única instalación, por no
hablar de que la pista sea subastada y se destine a otro uso no ciclista.
Las declaraciones de los responsables deportivos de Polonia en el sentido de
hacerse cargo de la deuda no se han visto nunca plasmadas en hechos.
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