Si ha habido algún
triunfador en los Campeonatos de Europa, esta ha sido la UEC, que ha
conseguido sacar adelante un evento por los que muy pocos daban ni un centavo,
ni hace meses ni hace pocos días. Y lo ha hecho con muchas ausencias, es cierto,
y con menos nivel de lo habitual en algunas pruebas, pero demostrando que, si se toman las
debidas precauciones, es posible organizar eventos ciclistas en pista en
esta época de pandemia, aunque sea a puerta cerrada, pero con medios
informativos (que algunos tomen ejemplo, por cierto). Tampoco vamos a sobrevalorar
esas ausencias, porque se dieron cita 21 países, una cantidad no muy inferior a ediciones anteriores.
Deportivamente
Gran Bretaña se ha impuesto en el medallero, aunque no traía ni a la
mayoría de sus hombres, ni velocistas ni persecucionistas, lejos de miradas
indiscretas. Lo mejor es ver de nuevo la solidez de su cuarteta que por
apenas 2 décimas no batía el record del mundo, algo que no se esperaba
nadie. Por el contrario, Laura Kenny no es la gran referente en el ómnium, ni terminan
de encontrar a su pareja titular en la madison femenina, aunque puedan hacer un
buen puñado de combinaciones capaces de pisar un podio. Entre los hombres, sobresaliente
con dos oros Mathew Walls -foto superior-, que podrían haber sido tres de no haber sido
por la caída en la madison… y ver cómo encajan a este hombre en su puzle olímpico
de fondistas para Tokio.
Rusia e
Italia le han superado en cantidad de medallas -aunque no en calidad-. Los primeros han cimentado su éxito en la velocidad, tanto en la
femenina, con un primer record del mundo en el trío, como en la masculina,
aunque el veterano Maximilan Levi superase a Denis Dmitriev en la velocidad
y el kilómetro, obteniendo el germano un pleno del 100% de efectividad (para
él y para su país). Y pese a que su ‘cuarteta mágica’ se quedó en sólo dos
hombres, obtuvieron el triunfo en la persecución sin mayores problemas. En
cuanto a los transalpinos, notables sus féminas, en especial una Elisa
Balsamo -foto inferior- con un final de temporada carretera-pista espectacular, y que de
Plovdiv se va con el doblete ómnium-madison con el que pide a gritos un
mayor estatus en su selección, Letizia Paternoster mediante.
Las demás
selecciones quedaron muy por debajo en el medallero, aunque nuevamente me
gustaría referirme al gran trabajo de Portugal, que, con apenas cuatro
ciclistas, se iba con seis medallas, dos de cada metal, con todos ellos habiendo subido al podio por lo menos una vez.
Y justo por
debajo de los lusos, una España que terminaba en quinto lugar en el medallero,
un lugar que hace años no se ocupaba y que merece una reflexión aparte.
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