Pocas veces ha sido tan sencillo realizar un balance de la actuación de la selección española en un evento deportivo como de este Campeonato de Europa de Plovdiv, y que se puede resumir en tres puntos:
- Los dos grandes referentes del combinado nacional afrontaron este Europeo como un test, esperemos que provechoso, pero lo adornaron de la mejor firma posible, con dos medallas de oro.
- Los veteranos de la selección
aprovecharon su oportunidad, unos, como Helena
Casas, llegando incluso a subir al podio y otros, caso de Juan Peralta,
quedándose muy cerquita de él.
- Los jóvenes -y los noveles- apuntaron detalles interesantes, pero su evolución dependerá de las líneas de trabajo que se planteen desde la Española en este ya nuevo ciclo olímpico.
Torres debutaba en un ómnium en el que le
faltó la frescura de otras ocasiones, y él mismo lo reconocía, y aunque mantuvo
una gran regularidad, no le permitió estar en un podio en el que precisamente
estuvieron dos ciclistas que tuvieron más chispa, Matthew Walls y Iuri Leitao.
Sin embargo, el domingo volvimos a ver una de las mejores versiones de
#GoTorresGoMora que se llevaron la madison sin necesidad de ganar vuelta. Y
si bien es cierto que la carrera se les puso en franquicia con la caída de los
británicos, también lo es que estos incidentes forman parte del juego. Lo que
cuenta es que los españoles ya son tricampeones continentales de madison.
Y terminamos con el resto, un conjunto
bastante hetereogéneo de pistards cuyo trabajo es a medio o incluso largo
plazo, y en algunos casos comenzando prácticamente de cero, con es el caso de
las persecuciones. Quizá lo más espectacular, por inesperado, haya sido esa
eclosión de Erik Martorell como persecucionista, una disciplina sobre la que
desconocíamos sus buenas maneras, acostumbrados a verle principalmente en las
pruebas de fondo, pero que con ese 4:18 tiene a tiro el legendario record de
Sergi Escobar que ya data de hace 16 años.
Y como ya hemos referido varias veces, hace
falta una planificación general sobre cómo se va a trabajar, con qué
mimbres –se ha ratificado en Plovdiv lo que ya vimos en Fiorenzuola, que
haberlos, haylos- y qué tipo de sinergias va a haber entre la carretera y la
pista, y ello requiere un cambio no sólo en la forma de hacer las cosas,
sino en la mentalidad. De momento se insiste en el Plan Estratégico y de
Tecnificación, de entrada, con los mismos errores del año pasado –desconocimiento
de los ciclistas que lo integran, elecciones de corredores equivocadas incluso
con deportistas retirados…- a la espera de conocer sus contenidos, incluso
las fechas de sus actividades, aunque la primera tendrá lugar en Valencia,
dentro de muy pocos días, del 26 de noviembre al 8 de diciembre. Lo mismo para
la Copa de España que mantendrá un mismo esquema muy similar y se ha
demostrado insuficiente. Es más, ni siquiera se sabe si se va a dar continuidad
a Raúl Mena como responsable de este proyecto en los próximos cuatro años.
De todo ello depende que consideremos
Fiorenzuola d’Arda y Plovdiv como el comienzo de un ilusionante ciclo o nos
rindamos a la evidencia de que sigamos teniendo el mismo perro –agonizante- con
distinto collar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario