Anastasiia
Voinova y Daria Shmeleva, con Ekaterina Rogovaya como compañera en la clasificatoria
y luego con Natalia Antonova en las rondas siguientes, se imponían sin problemas en la femenina, ante el joven equipo
de Gran Bretaña, con las más curtidas pero jóvenes Milly Tanner y Lauren Bate y
las debutantes Blaine Ridge-Davis y Lusia Steele: 46.852 y 48.531. Pese a la
diferencia en los tiempos, las británicas causaron una grata impresión, en
lo que es su comienzo en la carrera hacia París 2014. Las rusas derrotaron
en primera ronda a Chequia y las británicas, a Ucrania, siendo éstas las
ganadoras del bronce. Por cierto, la marca rusa de la final debería ser
considerada como nuevo record del mundo, en ausencia de tiempos anteriores de
referencia en la nueva composición con tres ciclistas.
Por su parte, los
clásicos Dennis Dmitriev y Pavel Yakushevsky, con Alexander Sharapov e Ivan
Gladysh completando el equipo según rondas, se imponían en la final masculina a
Chequia, con Tomas Babek, Domenik Topinka, Jakub Stastny y Martin Cechmann:
43.007 a 43.925.
El scratch
femenino estuvo marcado por un ataque a falta de doce vueltas de la bielorrusa
Hanna Tserakh, que parecía que iba a ganar por la
falta de entendimiento atrás… hasta que saltó Martina Fidanza y remontó la
diferencia que le llevaba su rival -totalmente muerta en las últimas vueltas-.
Aun así, aguantó para llevarse la plata, mientras que en el sprint del grupo la
ucraniana Tetyana Klimchenko era la más rápida, superando a la británica Neah
Evans en un sprint en el que Tania Calvo fue séptima. La alavesa estuvo muy
metida en carrera, pero no pudo hacer nada en la situación final de descontrol
y del poderoso contraataque de la bergamasca.
En cuanto a
la eliminación masculina, Oscar Pelegrí quedó fuera demasiado pronto, decimocuarto, quizá por no haberse dado cuenta de que iba tan
atrás y encerrado. El desenlace estuvo marcado por la ‘renuncia’ del ruso
Sergei Rostovtsev, que se dejó ir cuando ya tenía asegurado el bronce, y el
ataque lejano de Walls para superar al portugués Iuri Leitao, que dio una
lección de cómo correr en las últimas posiciones, aguantado ‘lo justo’ para
no verse fuera de carrera.
En cuanto a
España, con Erik Martorell, Pepe Moreno, Oscar Pelegri y Javi Serrano, marcaba
el sexto registro en la clasificatoria (4:06.444), un tiempo bastante ‘normalito’, pero con una actitud muy distinta
a la de la última participación, en el Europeo de Glasgow hace dos años, en
donde estuvieron mucho más atrás. En el enfrentamiento con Ucrania no se pudo
mejorar la plaza, porque Jaime Romero -que entraba por Pelegrí- se descolgó
pronto, quizá por los nervios, y Moreno no aguantó hasta el final ya que a día
de hoy es muy complicado pedirle que vaya más allá del tercer kilómetro. Los
4:15.873 no dejan de ser un mal recuerdo… y otro recuerdo de lo mucho que queda
por hacer.
Gran
Bretaña, con su equipo de gala -Katie Archibald,
Elinor Barker, Neah Evans y Laura Kenny-, marcaba el mejor tiempo en la
clasificatoria de la prueba femenina (4:13.923), y tras pasar el trámite de doblar
a España, mañana se medirá en la final a Italia, con Marina Alzini, Elisa
Balsamo, Chiara Consonni y Vittoria Guazzini, que hacía 4:18.209 y superaba sin
problemas a Ucrania.
Curiosamente
no se puede hablar de haber batido un record ya que no hay ninguna marca
oficial en los registros de la Federación: el
mejor tiempo fue logrado ya hace cinco años en la Copa del Mundo de Cali por
Leire Olaberria, Gloria Rodríguez, Mar Bonnin e Irene Usabiaga, con 4:39.183. Y
posiblemente esta marca tampoco sea homologada como record nacional.
Fotos
- Triunfo del equipo ruso femenino. Foto. UEC/Bettini Photo (Via Gazprom)
- Fidanza, 'saboreando' su oro. Foto: Federciclismo
- Walls saludando tras su triunfo. Foto: British Cycling
- A punto de salir a pista la cuartea española femenina. Foto. Federación Española
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