A sus 25 años -tendrá 26 recién cumplidos
en la cita olímpica-, no se conforma con ese tercer lugar en el podio. “Si
pensara que no puedo vencer a los neerlandeses, ciertamente no entrenaría como
entreno. Todo el tiempo, mi entrenador y yo creemos que podemos
vencerlos, porque ya he tenido una pelea bastante igual con ellos en muchos
sprints. No se puede negar que hasta ahora eran los primeros y son los
mejores del mundo, pero creo que puedo pelear de igual a igual con
ellos”, declaraba recientemente en Natorze.pl.
Pero también puede hacer historia si se
convierte en el primer pistard diabético insulinodependiente que consigue estar
en un podio olímpico. Entre los seguidores del ciclismo en pista es más
conocido el caso de la norteamericana Mandy Marquardt, por sus continuos
mensajes en las redes sociales en relación con esa enfermedad. Pero Rudyk
también se ha significado en esta batalla… y nos ha dado a conocer una
magnífica historia de superación.
Afortunadamente no se rindieron hasta que
dieron con el especialista adecuado que no sólo no le desaconsejó el ciclismo,
sino que se lo recomendó y a los 13 años le pronosticó: “Puedes comenzar tu
carrera y convertirte en campeón del mundo”. Y en eso está este polaco de Wroclaw
-o Breslavia- que aparte de luchar contra los neerlandeses tiene que hacerlo
con sus niveles de azúcar, aunque es algo que tiene ya controlado.
Más inesperadas fueron las circunstancias
vividas este otoño cuando se contagió de coronavirus en la concentración de
su selección que preparaba el Europeo. Rudyk tenía claro que, al ser una
persona de riesgo, no iba a acudir al Campeonato, que solamente estaba en
una fase más de su preparación hacia Tokio… aunque no esperaba que la infección
golpeara a toda la selección, que acudió con sólo ciclistas a Plovdiv. “Pasé
toda la enfermedad asintomáticamente. No notamos que nada anduviese mal
en el entrenamiento, ni tampoco los análisis de sangre y el ECG cardíaco
mostraron nada”.
Fotos: Twitter Mateuz Rudyk
Si ya es difícil alcanzar un nivel top con un cuerpo sano, sin hándicaps, en el caso de la combinación Diabetes tipo 1 con esfuerzos explosivos podemos hablar directamente de un milagro médico-deportivo.
ResponderEliminarDesde el punto de vista clínico, no existen pruebas de fondo en el ciclismo en pista, todo es alta intensidad (1 hora o menos). Es la clase de ejercicio que choca más con la Diabetes, y cuanto más intenso sea el esfuerzo, más repercutirá sobre la salud. Por eso es tan destacable mantenerse muy bien controlado para poder mantener una buena progresión de varios años, que nuevamente se complica en edades tempranas y también entre la pubertad y final del crecimiento.
Añadamos que este esfuerzo médico puede representar una hora de dedicación cada día del año, y también que no siempre se podrá recuperar comiendo lo que se ha gastado. Y por supuesto, el desgaste psíquico que se añade al físico. Por todo ello, únicamente queda aplaudir por "tan sólo" conseguir la clasificación olímpica.