Sin duda, una
inyección de moral tras un ciclo olímpico en el que no se consiguió el gran
objetivo de estar en los Juegos de Tokio, y repetir la experiencia de Río, con
esa clasificación histórica en la velocidad por equipos. Sin embargo, Casas se
muestra satisfecha a nivel personal y no sólo por los éxitos del keirin, “sino porque
en dos ocasiones bajé mi marca personal de los 200, por lo que considero
que ha sido un buen año”.
Y es que la
prueba de origen japonés tiene un especial significado para la de Vila-Seca. “Es
una disciplina en la que cuenta mucho la experiencia, el saber colocarse,
aunque el estado de forma también es importante. De hecho, cuando estuve en el
keirin japonés -en 2014, junto a la alemana Miriam Welte- me dijeron que me
habían seleccionado porque les gustaba mi forma decidida de correr”.
Esta apuesta
es obligada ya que en este próximo ciclo ya no puede competir en la velocidad
por equipos y no sólo por la ‘reconversión’ como fondista de su compañera
tantos años Tania Calvo, sino por el aumento a tres corredoras por equipo. “Ahora
mismo no hay relevo, por lo que habría que trabajar con la base, con un
programa de detección de talentos, incluso cogiéndolo gente de otros
deportes, como ha pasado en Francia con Mathilde Gros. Porque sólo quedamos
supervivientes en la velocidad y se va a quedar totalmente huérfana. ¿La
velocidad con tres corredoras? Es cierto que muchos países van a tener
problemas para formar un equipo con tres corredoras, y pasarán años antes de
que saquen equipos competitivos. Pero por lo que he visto en las últimas
competiciones, la prueba se presenta interesante porque van a tener
oportunidad de competir otro tipo de corredoras”.
En su
condición de psicóloga, le preguntamos cómo se explican estas renuncias a escasos
meses de la cita olímpica y tras un intenso ciclo de trabajo, de esfuerzo, de
muchos años. “Como espectadora puede ser difícil de entender. Pero como psicóloga
cada caso es distinto. Habría que mirar lo que hay detrás. Y respetar la
decisión”.
Y si ya hemos
hablado del presente y del futuro inmediato, nada mejor para terminar que los
planes a largo plazo, pensando en el horizonte de los Juegos de París. “Es cierto que 2024 queda lejos, pero es un evento, una fecha a tener en cuenta. Habrá que ver los criterios
de clasificación, ya que, si son como los de Tokio, me penalizaría mucho, porque
tienen cuenta a las dos mejores del país y penalizan a quienes tienen una
corredora sólo. Si se cuenta individualmente, tendría más posibilidades”.
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