Según publica Le Populaire du Centre, la condensación imposibilita el uso en los días malos,
ya que la pista se vuelve resbaladiza y por lo tanto peligrosa. Por ello
se cancelan las competiciones y entrenamientos en esas jornadas, con lo que la
cubierta, que se instaló para que el velódromo pudiera usarse todos los días
en una región especialmente lluviosa, deja de ser útil.
Limoges Métropole está
estudiando hasta nueve opciones, según dicho artículo,
que van desde la retirada de la cubierta, con un coste de un millón de
euros más la devolución de las subvenciones, hasta la instalación de un sistema
de deshumidificación del aire, por 350.000, sin olvidar que el velódromo
también adolece de otros problemas (vestuarios, falta de gimnasio…) e incluso existe
una cierta oposición popular al mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario