El boicot tuvo también algunas consecuencias
colaterales, como la retirada de las cámaras de la NBC que iba a televisar
el evento o que no apareciese la bandera estadounidense cuando se pasó el
testigo a Los Ángeles como organizador de la siguiente edición.
Por el contrario, hay que destacar que
deportivamente hubo pruebas con un excelente nivel, como el mediofondo en atletismo
con los duelos entre Sebastian Coe y Steve Ovett, o la gran promoción
comercial, con un importante merchandishing que tuvo la mascota de los
Juegos, el popular Osito Misha.
En el caso de España, decir que tuvo
una participación bastante amplia en numerosas disciplinas, pero no en
ciclismo, donde se decidió no llevar equipo, ni en carretera ni en pista.
En este caso, una nueva frustración para los pistards españoles, pero en
especial para un Avelino Perea que había ganado todos los títulos en juego en
los Nacionales celebrados poco antes -velocidad, kilómetro, persecución
individual y por equipos y puntuación- y había hecho un 1:07 en el kilómetro
en Anoeta, equivalente a una marca que le hubiera permitido conseguir un diploma
en los Juegos.
Y así sucedió en el kilómetro, donde el
germanoriental Lothar Thomas establecía un nuevo record olímpico con 1:02.955,
batiendo la marca de Pierre Trentin lograda en la altitud de México, superando
claramente al ruso Aleksandr Panfilov (1:05.845) y al jamaicano David Weller
(1:05.241), el primer deportista de aquel país en conseguir una medalla en
un deporte distinto a una carrera atlética. Esta fue una de las pruebas que
más notó las renuncias, ya que sólo se presentaron 18 ciclistas, aunque menos
que en la velocidad, con 15 frente a los 52 de Montreal.
Tras el dominio de las cuartetas de la RFA en la primera mitad de la década -y plasmada en los Juegos de
Munich y Montreal-, la RDA también asumió el liderazgo universal en esta disciplina,
habiendo ganado los Mundiales en los tres años anteriores. Por este motivo,
y por la ausencia de sus ‘vecinos’ eran más favoritos que nunca… pero cedieron
en la final ante la Unión Soviética, con Viktor Manakov, Valeriy Movchan. Vladimir
Osokin, Vitaly Petrakov y Aleksandr Krasnov: 4:15.70 a 4:19.67, con Gerald
Mortag, Uwe Unterwalder, Matthias Wiegand y Volker Winkler formando la cuarteta
de plata. El bronce para Checoslovaquia (Teodor Černý, Martin Penc, Jiří
Pokorný e Igor Sláma), que doblaba en la final de consolación a Italia.
El único oro ‘capitalista’ fue para el suizo Robert Dill-Bundi, que superaba ampliamente al francés Alain Bondue (4:35.66 a 4:42,96), con el danés Hans-Henrik Ørsted dejando sin medalla de bronce en esta disciplina a los alemanes del Este, en concreto a Harald Wolf, que no formaba parte de la cuarteta. Lo más curioso, sin embargo, fue la ceremonia protocolaria, ya que los tres pertenecían a países que habían boicoteado los Juegos y que no desfilaban bajo sus banderas, por lo que en el podio aparecieron bajo sendas enseñas con los aros olímpicos.
Fuentes: Olympics.org, Olympedia y Wikipedia.
Fotos
- La popular mascota Misha, con el logotipo de Moscu 1980
- Vista exterior del velódromo Krylatskoye. Foto: Wikipedia
- Lutz Heßlich. Foto: Wikipedia
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