Cada cierto tiempo, surge algún final en carretera que debe ser resuelto con la ayuda de la foto-finish, como lo sucedido el domingo anterior en la Amstel Gold Race con Wout Van Aert y Tom Pidcock. Es cierto que se tardó algunos minutos, con el lógico nerviosismo entre los implicados y una prensa que está (estamos) muy mal acostumbrada a tenerlo todo al instante, pero todo ello sería fruto de las deliberaciones, porque el sistema sí da los resultados de forma inmediata, es absolutamente fiable y casi siempre da una solución válida.
Estas circunstancias son propicias para que
se publiquen reportajes que intentan explicar lo que es la foto-finish, un
sistema sobre el que hay bastante desconocimiento y con numerosos errores de
concepto, que se inventó en las carreras de caballos, donde las apuestas
requerían una fiabilidad que avalara los resultados y evitase las
manipulaciones. Atletismo y ciclismo son los deportes en donde este sistema
tiene actualmente un mayor uso y popularidad, pero no los únicos.
El sistema se completa con las famosas
líneas rojas que se superponen en la imagen, y que son las que sirven para
determinar la posición y las diferencias en tiempo entre los distintos
ciclistas. Y es que no debemos olvidar que es la tangente a la parte
delantera de la rueda delantera la que determina el orden.
Un elemento muy característico de las
imágenes que aparecen en la foto-finish es la deformación de los corredores,
que se debe a la velocidad con la que llegan. “Normalmente trabajo entre
2.000 y 2.300 fotogramas por segundo, porque es suficiente, aunque en lugares
donde se llega a más velocidad es necesario subirlo, lo mismo que bajarlo
cuando es un puerto y por lo tanto se llega más lento. El sistema va a
funcionar igual, pero si trabajas a poca velocidad –respecto a la de los
corredores- te van a salir más comprimidos y si lo haces a mucha, más
estirados”. De ahí que muchas veces la diferencia de ‘tamaño’ de un
corredor u otro sea simplemente la mayor o menor velocidad a la que llegan a la
meta. Hoy en día hay cámaras que pueden llegar a 10.000 fotogramas por
segundo, “aunque lo normal es que no pasen los 3.000”. El sistema que usa
Domenech –FinishLynx- es el más habitual en ciclismo, aunque también hay otros
dos fabricantes de cámaras con bastante uso, como son Alge y Timetronic.
Domenech desmiente el mito de que las
imágenes hay que guardarlas. “Yo suelo hacerlo para mí, pero de cara a una
reclamación hay un tiempo limitado tras la llegada”. También indica que el
uso de dos cámaras “depende del organizador; si me las pide, lo pongo, pero con
una suele ser suficiente. La segunda solamente sería por si hay algún fallo,
que no es la normal”. Y finalmente respecto a la colocación, “lo importante
es que esté bien alineada con la recta de llegada. Si se sitúa dos centímetros
antes o después no es lo ideal, pero no beneficia o perjudica a nadie”.
Tres sistemas en los velódromos
En los velódromos, este sistema no es exactamente
el mismo que en carretera, pero sí muy similar. Y desde luego, igual de
necesario. Itmar Esteban nos manda esta imagen -inferior- en la que se apenas se
aprecia diferencia entre él y el italiano Francesco Ceci –“debí ganar por
un milímetro”- y recuerda también que “en una manga de velocidad con Tournant
de por medio, se tuvo que repetir porque era imposible determinar quién había
ganado, incluso con la foto-finish”, algo que también confirmaba Domenech.
En cuanto al chip, “solamente se usa en
pruebas importantes y sobre todo para las retransmisiones televisivas, para
tener de forma inmediata los tiempos o los resultados de los sprints, pero
no es el sistema oficial”, que sigue siendo la foto-finish. De ahí que a veces
pueda haber un pequeño decalaje entre los distintos tiempos.
Aparte de ese uso referido, Domenech nos
indica que “también se suele usar en las persecuciones por equipos, donde es
la rueda delantera del tercer corredor la que determina el tiempo final”.
Por el contrario, la utilización de la foto-finish, que también se recomienda
para los relevos de velocidad por equipos y para establecer si un ciclista
adelanta a la derny antes de que abandone la pista, le parece innecesario, “porque
con la cámara de vídeo del juez árbitro debe ser suficiente”.
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