Los Juegos Olímpicos de Barcelona significaron también una mayoría de edad para el arbitraje español, que vio como al frente del Colegio de Comisarios, nombrado por la UCI, estaba Alberto Gadea, uno de sus más destacados representantes, aunque muchos le recordarán más por su faceta de director técnico en la Vuelta a España, Unos Juegos en el que participaron también veinte españoles más, en este caso designados por la Federación Española: Luis Aguiar, Joaquín Alcalde, Carmelo Astigarraga, Bartolome Baillo, Javier Bilbao, Tomás Blasco, Raúl Cabañas, Roberto Coca, Carles Cufí, José Dempere, Antonio Gaceo, José María García, Javier Iturbe, Antonio Martos, Agustín Moles, Ángel Pérez, Valentín Pol, Pablo Santos, José Luis Sanz y Vicente Tortajada (*).
Frente al velódromo. Cedida por Josep d. Bochaca |
En 1993 había sido nombrado para
ejercer como presidente del Jurado en los Mundiales de Oslo –recordemos, entonces conjuntos para carretera y pista-, para repetir
dos años más tarde en Colombia. “Fue en ese momento cuando pensé que me
tenían ‘in mente’ para designarme para Atlanta, porque ya había sido presidente
dos años antes y no era normal repetir con tan pocos años de diferencia. Además,
era un Mundial muy importante en relación con los Juegos, porque se decidían
las clasificaciones olímpicas. Teníamos que determinar desde el
primero al último para calcular las puntuaciones y fue bastante laborioso”,
recuerda.
Con todo el Colegio de Comisarios. Cedida por Josep d. Bochaca |
Sobre su elección, cree que se tuvo en cuenta la experiencia en diversas disciplinas, tanto suya como del resto de árbitros nominados –Martin Bruin, Patrice Roy, Tatsuo Hayashi, Louis Wermelinger y Shawn Farrell-, ya que en aquellos Juegos se introdujo el mountain bike como deporte olímpico y entonces el Jurado Técnico era común para todas las disciplinas. Unos Juegos en los que por primera vez pudieron competir corredores profesionales, lo cual también originó circunstancias que nunca antes se habían vivido.
De todas formas, no fue esta circunstancia ni el ‘neonato’ BTT lo que más problemas causó, sino la pista, cuyas bicicletas entraron en aquellos años en una imparable y peligrosa dinámica. “Las bicicletas de pista tenían una reglamentación muy sencilla y todo valía. Así nos encontramos con máquinas como la Lotus que presentó Boardman en Barcelona o con posiciones como las de Obree –primero la del huevo y luego la de Superman-. La UCI cedió ante esas presiones de los fabricantes y durante un tiempo dijo a todo que sí, por lo que veíamos bicicletas increíbles, que nos dieron mucho trabajo en Atlanta. Afortunadamente luego llegó la declaración de Lugano, la determinación de distancias en las bicicletas, y todo volvió a ser más fácil de controlar. Pero la prueba es que los 56,3 que estableció Boardman como record de la hora aún no han sido batidos”.
En el Mundial de Stuttgart, con su paisano Sergi Escobar Foto: Román Mendoza |
Bochaca no volvió a acudir a unos
Juegos. Por aquel entonces la nominación olímpica era un ‘premio’ para toda una
carrera y no se volvía a repetir. A partir de
2008 cambió el sistema de designación y se pasó a elegir grupos diferentes en
cada disciplina, teniendo en cuenta a los mejores en cada una de ellas, lo que
supuso que pudieran ‘repetir’ árbitros como Wayne Pomario o Alexander Donike.
No obstante, los méritos del ilerdense fueron siempre reconocidos por la UCI
que volvió a designarle como presidente para eventos como los Mundiales de
carretera de Lisboa 2001, los de pista de Stuttgart 2003 o los de BTT de Les
Gets 2004, antes de ser elegido en 2010 máximo responsable de la Comisión
de Comisarios, y rematar su carrera como presidente de la Federació
Catalana.
(*) Curiosamente los otros tres españoles que han estado como miembros de un Colegio de Comisarios en las pruebas de pista de unos JJ.OO estuvieron entre estos veinte elegidos.
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