Esta semana han dado comienzo
las obras de rehabilitación del Velódromo Municipal Bernardo González, en Jumilla.
Se trata de una actuación que se va a acometer con recursos propios del
Ayuntamiento jumillano mediante los remanentes de Tesorería y que consiste en
la reparación de la superficie de rodadura de la pista, así como una serie
de mejoras debajo de la grada existente en el propio velódromo: la
reconstrucción de dos aseos, uno de ellos adaptado a personas con problemas de
movilidad, dos vestuarios y un almacén para material deportivo y de
jardinería.
Además, se va a llevar a cabo la construcción de una plataforma
adaptada para espectadores en sillas de ruedas y las canalizaciones y
cimentaciones para la preinstalación de iluminación de la pista. El plazo
de ejecución desde el inicio de las obras es de unos seis meses. La
actuación se ha separado en dos lotes, con un coste total de la obra de casi
160.000 euros.
Se trata de una remodelación
que guarda un enorme paralelismo con la noticia que publicábamos ayer sobre la
rehabilitación del velódromo de Lleida. En este caso, se trata más de una pista
que de un velódromo propiamente dicho, sin apenas peralte y poco apto para
competiciones de un cierto nivel, solamente para el trabajo diario de las
escuelas, por lo que surge la eterna pregunta sobre si es conveniente gastarse
tal cantidad en una instalación antigua, que intentar construir una nueva
más moderna y adecuada.
Foto: Ayuntamiento
de Jumilla
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