Por ello se preparó una candidatura
muy sólida y muy cuidada, con la sostenibilidad como fondo, y combinando el
aprovechamiento de sedes existentes con una infraestructura nueva en el
Parque Olímpico, en el East End, donde se podía ir a ver las competiciones o
simplemente a pasar el día si no se conseguían entradas. Precisamente en esta
zona se construyó el Velopark, conocido jocosamente como The Pringle, por la
forma ondulada de su cubierta, un impresionante recinto con un aforo de
6.000 espectadores, y una pista de madera, de 250 metros como ya era la norma,
francamente rápida.
Volviendo a los aspectos generales, decir
que la elección de Londres estuvo muy reñida con París y fue en la
cuarta ronda en la que se decidió la candidatura londinense por 54 votos a 50.
Por cierto, allí estuvo Madrid a la par de las otras dos ciudades -incluso
siendo la más votada en la segunda ronda- pero al final se quedó sin opciones.
Volviendo a la igualdad, en deportes como
el ciclismo en pista se produjo de forma total en la participación, con cinco
pruebas de cada sexo, tras una reorganización del programa general del ciclismo
que dejó fuera la persecución individual, la madison y la puntuación,
incluyendo una prueba multidisciplinar pero sin tradición como el ómnium,
aparte de la inclusión de las pruebas por equipos para féminas, velocidad y
persecución, y del keirin para las mujeres, consiguiéndose la paridad, pero
con una desaparición de las competiciones tradicionales de fondo, que originó
un malestar general pero ninguna reacción.
El mejor resultado español fue la sexta
plaza en la persecución por equipos, donde por fin se bajó de los 4 minutos,
3:59.520 con Mora, Muntaner, Teruel y Torres, en la primera ronda, donde se
aseguraba esa sexta plaza. “El objetivo que me marqué cuando entré como
seleccionador era bajar de los cuatro minutos y hoy lo hemos conseguido”, decía
el almeriense sobre una marca que, tristemente, a día de hoy, sigue siendo
la plusmarca nacional. Nada que ver con Gran
Bretaña, con un renovado equipo en el que no estaban ni Paul Manning, retirado,
ni Bradley Wiggins, orientado a ganar el título olímpico contrarreloj, aparte
del Tour de Francia, pero si Ed Clancy y Geraint Thomas, que junto a Steven
Burke -que solo compitió en la individual cuatro años antes- y Peter Kennaugh no
sólo ganaban el oro sino que batían por dos veces el récord mundial: 3.52.499
en la clasificatoria, 3:51.659 en la final ante Australia, con Jack
Bobridge, Rohan Dennis, Michael Hepburn y Glenn O’Shea (3:54.581)- Nueva
Zelanda, con Sam Bewley, Mark Ryan, Jesse Sergent y Aaron Gate, superaba a
Rusia en la lucha por el bronce.
La persecución por equipos femenina
debutaba con la fórmula de tres corredoras y también con similar dominio de
las británicas, ya que Dani King, Joanna Rowsell y Laura Trott se llevaban la victoria, batiendo el record del mundo en cada una de sus apariciones:
3:15.669, 3:14.682 y 3:14.051. Estados Unidos, con Sarah Hammer, Dotsie Bausch
y Lauren Tamayo, era su víctima en la final, con Canadá -Tara Whitten, Gillian
Carleton y Jasmin Glaesser- como bronce.
Fue en las pruebas de velocidad donde el dominio de los locales fue espectacular, con Chris Hoy y Jason Kenny como grandes triunfadores. El escocés se llevaba el keirin por delante de Maximilian Levy, en una prueba que tuvo dos medallistas de bronce: el neozelandés Simon Van Velthooven y el neerlandés Teun Mulder. Y es que la posición de la bicicleta de Hoy tapaba la de los dos corredores, que llegaron muy igualados a ese final, por lo que se optó por esa salomónica decisión. El inglés se imponía en la velocidad superando a Gregory Baugé y al australiano Shane Perkins. Y los dos, junto a Philip Hindes, obtenían el oro en la velocidad por equipos, con récord del mundo incluido (42.600) ante Francia, con Gregorý Baugé, Michael D’Almeida y Kévin Sireau. Alemania, con René Enders, Robert Förstemann y Max Levy completaba el podio.
Gran Bretaña no tuvo
opciones en la velocidad por equipos femenina, donde solo pudieron ser séptimas
tras una descalificación, en una prueba que dominó Alemania (Kristina Vogely Miriam Welte) frente a China (Gong Jinjie y Guo Shuang), que fueron
descalificadas en la final, tras haber batido el récord del mundo en
primera ronda (32.422). Australia (Kaarle McCulloch y Anna Meares) se llevaban
el bronce frente a Ucrania.
La velocidad se
presentaba como la revancha directa entre ambas, y en el que Meares supo ir
a más, derrotando a su rival en dos mangas e intercambiando las posiciones que
habían tenido en Pekín, y nuevamente con Shuang como bronce: la china fue
la única velocista que subió al podio en las tres pruebas.
Fuentes: Olympics.org, Olympedia y Wikipedia.
Fotos
- Imagen exterior del famoso 'pringle'. Foto: London 2012
- Mora y Bernal, a la derecha del seleccionador; a la izquierda, Torres y Muntaner. Foto: Federación Española.
- Leire Olaberria, tras Sara Hammer. Foto: London 2012
- Hansen, ganador del omnium. Foto: COI / Jason Evans
- Laura Trott, celebrando una de sus dos medallas. Foto: British Cycling
- Hoy, en su último podio olímpico. Foto: British Cycling
- Meares y Pendleton, felicitándose. Foto: COI
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