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Foto oficial de los olímpicos, English, Kay, Downey y McCurley junto a los reservas, Fintan Ryan y Lydia Gurley. Irish Cycling (Twitter) |
La historia se remonta a los primeros
años de la pasada década, cuando Andy Sparks, el entrenador y entonces
marido de Sarah Hammer, residía en Mallorca y llevaba a varios corredores como
David Muntaner -quien nos ha ayudado a concretar bastantes datos sobre esta
presencia- o los irlandeses Martyn Irvine y Caroline Ryan, por lo que la
Federación Irlandesa se planteó alquilar un alojamiento para los ciclistas,
eligiéndose la localidad de Alaró, que, casualidades de la vida, es ahora
donde vive Muntaner.
Posteriormente, a finales de 2015, el
ex campeón del mundo pasó a ser el técnico irlandés, y el grupo se fue
ampliando. Hay que tener en cuenta que en Irlanda no hay ningún velódromo
cubierto por lo que buscaron un recinto que les ofreciese las facilidades
para entrenar y en Palma de Mallorca, gracias a Joan Llaneras, lo encontraron, con
una absoluta disposición siempre que no hubiera otro evento. Por no hablar de la
comodidad de poder entrenar en invierno en las carreteras de Mallorca, con
poco tráfico y con temperaturas primaverales, en vez de bajo la insistente lluvia
irlandesa.
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Muntaner, en su época de técnico irlandés, con JB Murphy. Foto Facebook |
De las estancias ocasionales se pasó a la
residencia permanente de buen número de ellos, caso de English, de las dos
Lydias, Boylan y Gurley, cada una con su propia casa, de Fintan Ryan y JB Murphy,
que decidieron compartir apartamento, en el que durante un tiempo también
estuvo Mark Downey. Y es que en sus propias casas podían tener un
estilo de vida propio que en la residencia colectiva no tenían.Y de la única vivienda federativa, se ha pasado a tres,
ya que la actividad ha aumentado sensiblemente con ciclistas de categorías
inferiores.
English, tras un tiempo en esta localidad,
decidió mudarse a Palma: en Alaró tampoco había mucha vida social: para entrenar es un lugar magnífico, ya que puedes optar por ir
hacia la zona llana de la isla o adentrarte en la Sierra de la Tramuntana, por
no hablar de los apenas 25 kilómetros que la separan del velódromo; pero dista
mucho de ser como la zona de El Arenal o Palmanova que buscan y conocen un buen
número de británicos o alemanes cuando visitan la Isla.
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English, en el velódromo Illes Balears. Foto Facebook |
En todo caso, un
lugar perfecto para cumplir sus objetivos. Muntaner lo dejó, pero el nuevo
técnico, Irvine, no cambio para nada los planes irlandeses; no en vano, él
había sido uno de los pioneros.
¿Y hasta cuándo? En septiembre de 2020
publicamos una noticia sobre los planes de construcción del anhelado velódromo cubierto en la periferia de Dublín. English reaccionaba con escepticismo
y el mismo Muntaner nos dice ahora que lleva oyendo lo mismo desde que entró
como técnico, hace ya seis años. Mientras que no haya algo más concreto, los
irlandeses seguirán siendo unos vecinos más de Alaró, que ya no sorprenden con
su presencia a nadie, aunque en algunos casos su castellano sea bastante
rudimentario y su mallorquín, inexistente, pero a los que seguiremos
con atención en los próximos Juegos Olímpicos.
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