No poder clasificar para los Juegos Olímpicos de Rio fue un mazazo para Albert Torres que, trasnochando para adaptarse al horario brasileño y sentado al frente del televisor para ver las competiciones, se conjuró para estar en la siguiente edición de los Juegos, en Tokio. Dado que en aquel momento las opciones eran sólo dos, y la de clasificar con la cuarteta había resultado imposible en ese ciclo, y se presumía más aún para el siguiente, su decisión sería transformarse para intentar defender sus opciones en un omnium que no era el mejor para sus características, debido a las pruebas cronometradas, especialmente las cortas.
Su primer podio, en el Europeo de 2016. Foto: UEC |
No tardó
mucho en demostrar su adaptación al nuevo ómnium,
ya que en la primera prueba que disputaba, el Europeo de Saint Quentin, en
octubre de 2016, se hacía con el oro. Undécimo en el scratch, por
un problema de colocación, ganador de la ‘tempo’, corriendo la mitad de la
prueba solo lo que se tradujo en bastantes puntos, y cuarto en la eliminación,
fue en la puntuación donde se la jugó con un ataque que le daba una vuelta
ganada -y 20 puntos- a falta de sólo nueve giros, llegando con la tranquilidad
de no depender del último sprint. “Para mí, este formato es más atractivo,
pero a la vez más abierto al no haber pruebas cronometradas. Antes sabías
que, si estabas bien en ellas, ibas a estar adelante, pero ahora influyen otros
muchos factores. En todo caso era un reto y estoy contento por haberlo superado
de esta forma”, comentaba el menorquín.
Podio del Mundial de 2017. Foto: UCI |
Bronce mundialista
El Mundial de Hong Kong,
en abril de 2017, suponía un nuevo podio para Torres, el único de su carrera en
la máxima competición, al acabar
tercero, en un resultado bastante agridulce, ya que el español llegaba a la
puntuación final como líder -tras ganar el scratch inicial-, pero cedía ante el
francés Benjamin Thomas y el australiano Aaron Gate, que se jugaban el oro en
el último sprint. Pese a ello, no veía negativo el resultado, porque “el
objetivo era el podio. Ganar el Mundial es súper difícil, y tiene que salir
todo a la perfección. Y aunque he llagado como líder a la última prueba y
eso me ha hecho tener otra perspectiva, sé que he cometido algunos errores que
tendré que analizar”.
Increible el desenlace en Berlín. Foto. Bahn EM Berlin |
Un cuarto
lugar en la Copa del Mundo de Pruszkow y un tercero en la de Berlín le valían
para no tener que intervenir en las pruebas extraeuropeas, para afrontar un
Mundial en Apeldoorn, en el invierno de 2018, donde no le salieron las
cosas, terminando en un decimotercer lugar que es el peor de su trayectoria en
esta disciplina. “Bastante decepcionado por el resultado porque las
perspectivas eran ambiciosas, quería luchar por el arco iris. Pero todo se
nos ha complicado desde el principio. La desventaja con la que he llegado a la
puntuación era casi imposible. He recuperado una vuelta, pero ya no tenía piernas
para coger la segunda y me quedaba aún más desventaja”.
Celebrando su victoria en Saint Quentin. Foto: CM Saint Quentin |
El omnium ideal en Saint Quentin
Con esta prueba se
iniciaba la temporada 2018-19, ya primera de las dos en las que había que sumar
puntos para estar en Tokio. Y el menorquín no dio opciones, ya que ganando
la primera prueba en Saint Quentin-en-Yvelines, con una solidez y solvencia rayana
en la exhibición en algunos momentos, y quedando segundo en la tercera, en
Berlín, ponía francamente a favor su presencia olímpica.
Gesto de rabia en el Mundial de Apeldoorn. Foto: Fed. Española |
Más agridulce sería aún
el resultado del Europeo de Apeldoorn, en octubre de 2019, en el que el español
perdía el bronce en el último sprint. Por delante un inconmensurable Thomas y un contumaz Lasse Norman Hansen consolidaban
sus posiciones. Pero el ataque del español para intentar mejorar no sólo no
valió de nada, sino que el contraataque de Oliver Wood le metía en el podio. Una
vez más, mejores sensaciones que resultados… y los Juegos cada vez más cerca.
La segunda y última
temporada de clasificación tuvo como resultados una ‘extraña’ sexta plaza en
Minsk y una decepcionante
duodécima en Glasgow, con una puntuación en la que no pudo sumar ni un punto.
Aun así, el peor momento del ciclo fue en Hong Kong. Allí quien corrió
el ómnium fue Sebastián Mora, con el fin de que hubiera un segundo español con
puntos: la clave estuvo en una caída en la madison, más grave de lo que
pareció en carrera, que le llevó a una recuperación bastante más larga. Por
ello -y por la cuarentena cuando estaba disputando el Tour de los Emiratos- en
el Mundial de Berlín no disputaría el ómnium.
En su primer omnium, muy distinto, en 2009. Foto: Román Mendoza para Fed. Española |
Para los amantes de las
estadísticas, diremos que Torres ha corrido dieciséis omnium desde aquella
primera vez, de los que siete los ha terminado en el podio, y otros tantos
en posiciones de diploma y sólo en dos de ellos se ha ido más allá de la décima
plaza.
Esta estadística, no
obstante, tiene una pequeña sorpresa que hemos dejado para el final: Y es que el menorquín corrió mucho
antes otro omnium, antes siquiera de que fuera olímpico y se hacían cábalas
sobre que formato se adoptaría en los Juegos Olímpicos de Londres. Fue en
2009, en Pruszkow, su primer Mundial, donde terminaba octavo en un evento
que reunía 200
metros, scratch, persecución, puntuación y kilómetro en una sola jornada. “Lo mejor es la impresión
general, ya que es una prueba muy dura y no me he desenvuelto mal. Ha sido una
gran experiencia”, decía Torres entonces, dando la impresión de que quería
repetir, aunque no volvería a correrla hasta 2016. Doce años después, ojalá el
ómnium vuelva a ser otra gran experiencia para él.
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