Velódromo de Izu: una semana como epicentro del ciclismo mundial

Con el icónico Monte Fuji de fondo. (c) Tokyo 2020

A pesar de que la megalópolis de Tokio es una de las más grandes del mundo, con casi 40 millones de habitantes, no hay ningún velódromo 'occidental' en toda esta zona. De ahí que las pruebas de ciclismo en pista se hayan trasladado a Izu, en la prefectura de Shizouka, 126 kilómetros al suroeste de la capital nipona –unas dos horas por carretera-, donde también se han disputado las carreras de BTT y no muy lejos del final de las pruebas de carretera. Una ciudad formada en 2004 por la fusión de cuatro municipios preexistentes, alcanzando una población de poco más de 30.000 habitantes, en una zona turística muy reconocida por sus balnearios.

En los Juegos Olímpicos de 1964, las pruebas de pista se disputaron en el Hachioji Jitenshakyogijo, relativamente alejado también del centro de Tokio, un recinto descubierto de cemento, de una cuerda de 400 metros, construido al efecto y demolido tras los Juegos. Unas pruebas que lógicamente no se tradujeron en grandes marcas, con un calendario que se vio bastante afectado por la lluvia propia del mes de octubre, por lo que los aplazamientos estuvieron a la orden del día.

Interior de un velódromo que debe ser bastante rápido (c) Tokyo 2020

En esa zona ahora mismo hay un amplio parque, Ryonan, y una simple fotografía recordando el pasado olímpicoCuriosamente Hachioji se postuló para volver a acoger el ciclismo –y no sólo el de pista- con nuevo velódromo, algo que no veía con malos ojos la UCI, ya que la sede finalmente elegida de Izu está demasiado alejada de Tokio y tampoco tiene un gran aforo. Sin embargo, el COI -en su política de ahorro de costes- apostó por esta instalación al estar ya construida y porque la Asociación de Keirin, propietaria de la instalación, corría con los gastos de adecuación, en vez de edificar una nueva pista.

Y es que allí se concentran el Centro Nacional de Pista de Japón y la Escuela Japonesa de keirin, con su residencia, y varias pistas al aire libre con la construcción típica de esta modalidad oriental. Como nos comentaba hace tiempo Sebastián Mora, “es como un parque de atracciones de ciclismo”. 

Centrándonos en el velódromo olímpico, fue construido en 2011 por Gensler, bajo diseño de Ralph Schumann, con una pista de madera de 250 metros, de pino siberiano, con una anchura de 7,5 metros, una inclinación máxima de 45 grados y unas gradas para 1.800 espectadores que pueden ser ampliadas, aunque suponemos que en las circunstancias actuales no se habrá aumentado dicho aforo, aunque al no ser en Tokio, es una de las escasas competiciones que podrá tener público en las gradas.

Con público o no, será el epicentro del ciclismo mundial durante esta próxima semana, del 2 al 8 de agosto, y sus evoluciones podrán ser seguidas íntegramente sólo en Eurosport.

1 comentario:

  1. Justo ahí, es donde nos alojábamos y entrenábamos cuando estábamos compitiendo en el Keirin Internacional, en aquella época todavía no existía esa pista cubierta, entrenábamos en los velodromos de la Escuela de Keirin, q habían 3 d diferentes medidas si no recuerdo mal, el gimnasio y las clases y demás para obtener la licencia de corredor profesional de Keirin también lo hacíamos allí.

    José Antonio Escuredo

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