Con el icónico Monte Fuji de fondo. (c) Tokyo 2020 |
En
los Juegos Olímpicos de 1964, las pruebas de pista se disputaron en
el Hachioji Jitenshakyogijo, relativamente
alejado también del centro de Tokio, un recinto descubierto de cemento, de una
cuerda de 400 metros, construido al
efecto y demolido tras los Juegos. Unas pruebas que lógicamente no se
tradujeron en grandes marcas, con un calendario que se vio bastante afectado
por la lluvia propia del mes de octubre, por lo que los aplazamientos
estuvieron a la orden del día.
Interior de un velódromo que debe ser bastante rápido (c) Tokyo 2020 |
Y es que allí se concentran el Centro Nacional de Pista de Japón y la Escuela Japonesa de keirin, con su residencia, y varias pistas al aire libre con la construcción típica de esta modalidad oriental. Como nos comentaba hace tiempo Sebastián Mora, “es como un parque de atracciones de ciclismo”.
Centrándonos en el velódromo olímpico, fue construido en 2011 por Gensler, bajo
diseño de Ralph Schumann, con una pista de madera de 250 metros, de pino
siberiano, con una anchura de 7,5 metros, una inclinación máxima de 45 grados y
unas gradas para 1.800 espectadores que pueden ser ampliadas, aunque suponemos
que en las circunstancias actuales no se habrá aumentado dicho aforo, aunque al no ser en Tokio, es una de las escasas competiciones que podrá tener público en las gradas.
Con público o no, será el epicentro del
ciclismo mundial durante esta próxima semana, del 2 al 8 de agosto, y sus evoluciones podrán ser seguidas íntegramente sólo en Eurosport.
Justo ahí, es donde nos alojábamos y entrenábamos cuando estábamos compitiendo en el Keirin Internacional, en aquella época todavía no existía esa pista cubierta, entrenábamos en los velodromos de la Escuela de Keirin, q habían 3 d diferentes medidas si no recuerdo mal, el gimnasio y las clases y demás para obtener la licencia de corredor profesional de Keirin también lo hacíamos allí.
ResponderEliminarJosé Antonio Escuredo