Aprovechando esa
metáfora que tanto empleáis los ciclistas de estar en la nube, ¿cómo te sientes
ahora, cinco días después, que ya tienes los dos píes en tierra?
La verdad es que saboreando el triunfo más que nunca. Cuando compites
en una competición de este calibre, vas siempre con mucha tensión, pero creo
que esta vez había más que nunca. Por ello, me sentí aliviado, con la
sensación al acabar de que había terminado una etapa. Según van pasando los
años, te das cada vez más cuenta de que estar aquí es un privilegio, de que esto
es un tren que pasa y que no sabes si vas a volver a hacerlo. Ahora pienso
en todo lo mucho que he trabajado, que es lo que me merezco por ello y lo estoy
disfrutando.
¿Más que las veces anteriores?
Mucho más. Soy una persona que le gusta analizar lo que ha sucedido
y enseguida me pongo a pensar en donde he fallado, en que aspectos puedo
mejorar. Esta vez no me estoy preocupando de nada, ya habrá tiempo para
estudiar donde puede haber ese margen de mejora de cara al futuro. Esta vez
me estoy limitando a disfrutarlo.
Pasando a la primera prueba, el kilómetro, dijiste que habías dado el 150 por ciento. ¿Te supuso algún tipo de presión adicional?
Llegaba con la seguridad de que había trabajado muchísimo, que estaba preparado física y mentalmente para dar el máximo. La marca de Cundy era muy buena, pero sabía que, si él lo había hecho, yo podía hacerlo, eso sí, que no tenía que guardarme nada. Y confiaba plenamente en mis posibilidades. Y al final hice mi mejor marca, que además es récord del mundo, y al nivel del mar. Estoy orgulloso de ello.
Se habló mucho del gesto de Cundy, de imponerte la medalla. ¿Piensas que puede ser una muestra del relevo generacional cómo se comentó?
No creo que sea un gesto de relevo, aunque si es algo que le honra como deportista y como persona y que le agradezco. Siempre hemos mantenido una reñida rivalidad, pero con mucho respeto. Siempre he dicho que el factor es siempre injusto, pero en Rio era descomunal. Esta vez era más equilibrado,
Llegamos el domingo y ese día dormimos en Madrid. Al día siguiente tenemos una recepción en Casa España con la mayor parte de la expedición, y de allí me iré a Cordoba… y a desconectar. Son muchas semanas fuera, con la preparación, la concentración de Mallorca en la que estuvimos absolutamente aislados, y lógicamente tengo ganas de tomarme un respiro, de estar con mi familia, con mi novia y poderme relajar.
Cinco medallas, en tres Juegos Paralímpicos y solo 28 años. ¿Es momento de hacer algo más en la categoría absoluta, como la llamas tú y compartimos plenamente?
Ya llevo algunos años compaginando y gran parte del resultado es debido a ello. Mi salto como corredor se ha producido al enfrentarme a ciclistas que son más fuertes, pero que me han hecho crecer mucho como persona y como deportista. Está claro que seguiré por ese camino. aunque tampoco he pensado ahora en ello. Me gustaría salir a pruebas internacionales, no para ganar, pero si para poder estar ahí, compitiendo con los mejores. Y al mismo tiempo, que lo que estoy haciendo en España no sea un caso aislado, sino que sea un camino para que otros sigan estos pasos.
Fotos: Fed. Española
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