Roberto Alcaide. Foto: CPE |
Un programa que, en lo
referido a pista, supuso la inclusión de los paralíticos cerebrales en las
clases CP3 y CP4 y junto a los discapacitados físicos -clases LC1 a LC4, de
menor a mayor discapacidad-, afrontando la persecución por separado y el
kilómetro de forma conjunta en los dos casos. Para los deficientes visuales,
se incluía la velocidad junto a persecución y kilómetro, pero eliminando la
categoría mixta, por lo que solamente competían tandems masculinos y
femeninos. Y como gran novedad, la velocidad por equipos con tres ciclistas
discapacitados físicos o cerebrales.
Atenas supuso un gran
éxito para el ciclismo español, con un total de tres oros y cuatro platas que
situaron a nuestro país en el segundo lugar del medallero, por detrás de
Australia, que sumó hasta 24 preseas.
De las siete medallas
españolas, tres llegaron en pista y todos en la persecución: el oro de
Roberto Alcaide en LC2 y las platas de Juanjo Méndez en LC3 y Ricardo Otxoa en
LC4. El madrileño, que también fue plata en carretera, era un destacado
corredor amateur que sufrió una caída cuando corría una Vuelta a Extremadura
2000, con tan mala suerte que un guardarrail le seccionó la pierna
izquierda
Juanjo Méndez. Foto: CPE |
Las medallas españolas
aumentaron hasta once cuatro años más tarde, aunque España bajó en el medallero
hasta la quinta posición, en una
tabla en la que Gran Bretaña se mostraba como la mayor potencia mundial, con 17
otros y tres platas. El programa fue muy similar, aunque con algunas
categorías femeninas agrupando corredoras de dos tipos de discapacidades
diferentes, como anticipo de lo que sería el paraciclismo en los años
siguientes.
En el caso del ciclismo
en pista, Alcaide y Méndez volvían a estar en el podio en la persecución,
pero en un peldaño más bajo, ya que el madrileño conseguía la plata y el
catalán, el bronce: curiosamente posiciones intercambiadas con respecto a los
podios en que también estuvieron en la contrarreloj.
Venge y Llauradó. Foto: CPE |
También hubo otra
plata, y siempre en
persecución, para el tándem de Christian Venge, esta vez acompañado por el que
sería el piloto durante buena parte de su carrera, aunque ya veíamos que
había competido en Sydney 2000 con Jordi Domingo y lo hará en Tokio con Noel
Martín. Tanto el tándem catalán como en paraciclista madrileño se llevaron de
Pekín una medalla más, y en ambos casos de oro en sus contrarrelojes, donde
también Javier Otxoa pisaba el cajón más alto.
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