Aunque había estado profundamente vinculado a seis ediciones de los Juegos Olímpicos -desde Atlanta 1996 hasta Rio 2016-, siempre había sido desde la distancia, siguiendo las evoluciones de nuestros ciclistas, conectado mediante la televisión, el ordenador y el teléfono, sin haber tenido nunca la ocasión de haberme sentido parte de la familia olímpica.
Como comentaba el ‘capo’ Fernando Ruiz, “hemos
metido la pata. Hemos acertado. Hemos sufrido momentos duros. Nos hemos
emocionado a lo grande”. Y si la experiencia ha sido satisfactoria en
líneas generales, no me puedo olvidar de uno que he sido el autor de uno de
los mayores deslices de estos Juegos, al despojar de toda la emoción del
triunfo de la cuarteta italiana al ‘cantar’ el triunfo danés. Fue un error
que no tiene justificación, pero sí explicación y espero que perdón. Y aunque
lo corregí de forma casi inmediata, los ‘haters’ saltaron a mi yugular en
cuestión de segundos. No me importa mucho este tipo de oportunistas carroñeros
que aparecen tan rápido como desaparecen, ni siquiera aquellos que,
amparados en identidades falsas, intentaron castigarme por mi actitud crítica en
otros momentos del pasado. Como siempre curiosidad, me remito a un
comentario en twitter que decía que “los comentaristas deben limitarse a
comentar lo que ven en la pantalla”, algo que no comparto, ya que, como me han
dicho otros muchos, “para contar lo que ves, ya lo vemos nosotros”. Pues eso
era lo que estaba buscando en ese momento, información adicional, lo que me
costó ese descuido trágico, y un cabreo de tres pares de narices conmigo
mismo durante muchas horas. Eso sí, cada vez que veo ahora una imagen de
Consonni me echo a reír por aquel imperdonable error, del que vuelvo a pedir perdón.
No quiero terminar sin mostrar mi
agradecimiento a Nuria, siempre dispuesta a multiplicarse para dar a cada uno
lo que necesitaba en cualquier momento y situación, a la profesionalidad
de Laura, a todo el equipo digital que complementaba a la perfección lo que
otros hacíamos desde las cabinas, y por supuesto y especialmente a todos los
técnicos que han estado muchas horas al pie del cañón, posibilitando todas las
retransmisiones, y pendientes de solucionar los pequeños ‘problemillas’ que
nos surgían en los momentos más inesperados, en una situación absolutamente
nueva para todos. Muchas gracias, Luis Lastra, Alberto Figueroa, Antonio Ruiz,
Carlos Hernández, Mariano Lines, Javier Poza, Daniel García, Pedro Álava y José
Manuel Altolaguirre.
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