Aprovechando la renuncia de Gran Bretaña, que había establecido el Europeo como objetivo de la temporada, y la ausencia de algunas potencias tradicionales como Australia o Nueva Zelanda, Rusia ratificó en el Mundial de El Cairo el dominio exhibido hace dos semanas en Apeldoorn, aunque con mayor intensidad aún: de los 22 títulos en Juego, se adjudicaban 14, con otros 6 metales más. Tan solo Alemania, Italia y Canadá repetían triunfos, con arco iris también para Canadá y Chequia, en un evento claramente europeo y en el que la amplia legión de participantes africanos tuvo un papel secundario, pero sin influir negativamente en el Campeonato: es cierto que hubo muchas caídas, pero tampoco fueron los causantes de las mismas, ya que en muchos casos, en cuanto el ritmo aumentaba, se descolgaban. No obstante, a nivel deportivo, se vieron algunos destellos interesantes, sobre todo en Egipto.
En cuanto a los hombres, Nilita
Kalachnik se marchaba con los arcoiris individuales en velocidad y keirin y el
colectivo en la velocidad por equipos, con el kilómetro también de color
ruso, con Grigorii Skorniakov. El alemán Willy Leonard Weinrich esta vez no
pudo subir a lo más alto del podio, pero si sumar tres medallas más.
Rusia también mantuvo su dominio entre
las fondistas femeninas, donde destacaron Inna Abaidullina, vencedora del omnium, y Alina Ivanchenko, de la puntuación;
ganando como pareja la madison yjunto a dos compañeras más, de la persecución
por equipos, entre ellas Alina Moiseeva, que se anotaba la individual.
La alemana Jette Simón, en scratch, la
norteamericana Kaia Schmid, en eliminación -segunda en el omnium y tercera en
la puntuación- y la italiana Valentina Basilico, con una plata y tres bronces,
fueron otras de las destacadas en El Cairo.
Y terminando por el apartado
masculino, fue en donde Rusia menos brilló, ya que su cuarteta solo pudo
conseguir el bronce. Aun así, se adjudicarían la madison, con una pareja
formada por el ganador del kilómetro también integrante de la cuarteta,
Skorniakov, y Daniil Valgonen.
No nos olvidamos de la cuarteta
alemana, integrada por Benjamin Boos, Ben Felix Jochum, Luis-José Luehrs,
Jesper Schroeder y Nicolás Zippan, que se tomaba la revancha de lo sucedido
en el Europeo cuando solamente pudieron ser cuartos, aunque ninguno de los
equipos participantes pudo estar en esta ocasión por debajo de los cuatro
minutos, a diferencia de lo sucedido hace dos años en el Mundial.
Por lo demás, la ilusión de los
organizadores y algunos apartados notables como las redes sociales,
contrastó con una pobre organización en aspectos logísticos o en la gestión
de resultados, donde las selecciones participantes tuvieron bastantes
dificultades para tener los comunicados o incluso para realizar correcciones,
tanto en inscripciones como en los resultados, algo que también se sufrió a
distancia.
Mañana dedicaremos una segunda parte a la actuación española.
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