Ya en los primeros diez kilómetros se
vio que la empresa no iba a ser fácil, al
hacerlos a una media de 54,7, con un promedio entre 16.1 y 16,3 segundos por
vuelta. Su velocidad media subió hasta los 54,9 en el kilómetro 20 y así se
mantuvo hasta que cumplió la primera media hora de prueba en la que cubría
casi 100 vueltas completas (27,5 kilómetros), lo que significaba estar aún a más
de cuatro segundos por encima del tiempo de Campenaerts.
Pero fue a partir del km. 35 cuando el
británico entró en crisis pasando sus tiempos por vuelta a ser ya de 16,6 y 16,8
con lo que el sueño del récord se alejaba a más de diez segundos y su media
bajaba a 54,9 en el km. 40. En los siguientes minutos sus tiempos llegaron a
ser incluso superiores a los 17 segundos por lo que sólo le quedaba seguir para
intentar hacer el mejor tiempo posible, aunque al final no pudiera tampoco
superar el registro de Bigham. Aun así, es la tercera mejor marca de todos los
tiempos.
“El mayor fracaso habría sido no haberlo intentado, y ese es el mensaje que quiero transmitir", manifestaba Dowsett tras el intento, para hacer una valoración de sus circunstancias vitales marcadas por la hemofilia. “Convertimos un aspecto negativo en un aspecto absolutamente positivo y he podido forjar una enorme carrera a partir de la adversidad. Ese debería ser el mensaje, que la vida es la forma en la que la afrontas”.
“Estoy orgulloso de la distancia que he conseguido recorrer hoy, pero lo más importante hoy ha sido la concienciación que hemos aportado a la hemofilia", terminó Dowsett.
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