El francés Donavan Grondin ha sido una de las gratas confirmaciones del 2021. En Tokio 2020 ratificó la apuesta que habían hecho por él como compañero de Benjamin Thomas en la madison, a pesar de su juventud -21 años-, con una medalla de bronce olímpica. Y en los Mundiales de Roubaix lograba su primer gran éxito individual, con el ‘arco iris’ en un scratch que no iba a correr inicialmente, pero en el que se impuso gracias a su potente ritmo en las vueltas finales.
Ganando el Mundial de scratch en Roubaix. Foto: UCI |
Grondin agradece a su equipo, el Arkea-Samsin
que pusiera “en las mejores condiciones posibles
para que pudiera preparar mis diversos objetivos en la pista lo mejor posible”,
y ahora quiere corresponderles.
En este sentido se expresa su director,
Emmanuel Hubert, "Donavan es una joya, y eso todos lo sabemos. Como todos los pistards, es capaz de rodar
rápido y va rápido en el sprint. Siempre
he considerado la pista como una de las hermosas escuelas de ciclismo
porque permite a los corredores desarrollarse en múltiples cualidades:
velocidad, sentido de anticipación a la hora de tomar una decisión, esto les
permite aprender a codearse con todos. Donavan debe ahora, y si es posible
el año que viene, trasponer todas las cualidades que demuestra en una pista
convirtiéndose en un muy buen corredor”.
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