A día de hoy no tenemos noticia de que la consideración del ciclismo en pista vaya a cambiar en este ciclo olímpico que, dicho sea de paso, está más cerca de acabar que de empezar… por lo que quizás habría que comenzar a pensar más en Los Ángeles que en París. La fluidez comunicativa existente con otras actuaciones promovidas desde la Federación -Quedadas, Women in Bike, Bike Territory…-, dista mucho de tener parangón cuando hablamos de ciclismo en pista, por lo que a nadie sorprende ya el mutismo oficial, paliado por la rumorología o por el intercambio de ‘dimes y diretes’ a través de aplicaciones de mensajería entre los muchos afectados que aún siguen preocupándose por la pista.
La pista, un espectro. Foto: Román Mendoza
¿Y quiénes son esas personas a las que
aludíamos en el primer párrafo, pero también en el anterior artículo, preocupados por la situación, pero también por buscar soluciones? No
hace falta poner nombres ni los puestos que ocupan porque todos los conocemos.
Sabemos de su trabajo como técnicos, como entrenadores, como organizadores,
como asesores…. En muchas de las Federaciones, pero también en clubes,
aunque alguno ya haya optado por apartarse de todo, desilusionado, harto del
cariz que toman los acontecimientos, de la aparente falta de esperanza.
Una Comisión de pista, real y eficaz
Una reunión de directores en un Nacional cualquiera Foto: Román Mendoza |
También es necesario recoger las
inquietudes de los corredores. Aunque normalmente son poco proclives a
manifestar públicamente sus opiniones o sus inquietudes –cuánta falta nos
haría un Christos Volikakis a la española-, lo cierto es que, como actores
principales, hay bastante preocupación por el escaso futuro de esta
disciplina. Y aunque en muchas ocasiones lógicamente lo primero que quieran
resolver sean su propia casuística, también es cierto que no se debe
desdeñar su experiencia, por lo menos la de aquellos que busquen el compromiso.
Sin embargo, quienes deberían estar más alarmadas son las propias Federaciones Territoriales. Tras unos años de feliz armonía con la Española –y muy necesaria, dicho sea de paso, para evitar los lamentables e interesados enfrentamientos del pasado-, se echa en falta una actitud más crítica: no es justo que el trabajo que realizan estas entidades fomentando la disciplina se termine abruptamente por la falta de actividad de la Española. Que los calendarios autonómicos no se completen con uno Nacional, o lo que es peor, que entren en conflicto por falta de planificación, o que los corredores que forman en cadetes y juniors abandonen desilusionados y sin esperanzas esta disciplina por falta de un plan de trabajo en categorías superiores, es algo que merecería una profunda reflexión.
Preocupación en las más altas instancias
Parte del equipo técnico italiano.
Las comparaciones son odiosas. Foto: FCI
¿Y quién debe conducir este cambio? Independientemente de que la colaboración de las personas antes
indicadas sea fundamental, siempre he pensado que con los actuales esquemas
cualquier técnico está condenado al fracaso, pero también que cualquier
seleccionador puede hacerlo bien si cuenta con medios: unos mejor, otros peor, pero eso ya se valorará. Eso sí, por encima de
ellos, es obvio que es necesario un relevo, para que lo deportivo vuelva a
tener la máxima prioridad, por encima de los ahora proyectos estrella
federativos, que no repercuten en la parcela deportiva. Como dijo Einstein, “Si buscas resultados distintos, no hagas
siempre lo mismo”, a lo que me atrevería a añadir “y con los mismos”.
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