Archibald, saludando al público tras los 4:09 de Manchester. Foto: British Cycling |
Archibald, sin embargo, no batió el
récord absoluto, ya que unos meses antes un entonces semidesconocido y peculiar norteamericano llamado Ashton Lambie había
reventado la plusmarca mundial, con un 4:07.251, amparado en su peculiar estilo
de salir a petar, en la altitud de Aguascalientes. Pero de momento le dejamos
de lado para reconocer la enorme valía de la marca del escocés, la segunda
mejor de todos los tiempos y la mejor a nivel del mar, y que pocos meses
después se convertiría en el segundo persecucionista en romper la barrera del
4:10. Como decíamos, muchos se habían acercado a la histórica marca de
Bobridge, pero nadie lograba superarla: de hecho, Filippo Ganna, apenas un prometedor
veinteañero entonces, había ganado sus dos primeros mundiales con unas marcas
muy lejanas a las que ahora acostumbra: 4:16.127/4:16.141 en 2016, y 4:13.622/4:13.697
en 2018, logrando la plata en 2017 con 4:14.647 en la clasificatoria y 4:21.299
en la final.
Milan, tercero en el escalafón. Foto: UCI Track |
Han pasado apenas tres años desde aquel
momento y el panorama de la persecución es radicalmente distinto. Y no sólo
por los dos ‘capos’, sino por la cantidad de corredores que en un momento
de su carrera han conseguido mejorar esa barrera que era la plusmarca de
Bobridge. Para ello, he recopilado los mejores tiempos de siempre en la
persecución (*) y nos encontramos con que, aparte de los tres corredores ya
mencionados, otros quince la han superado alguna vez. Más significativo aún
es que los siete mejores tiempos en los dos últimos Mundiales estuvieran por
debajo de esos 4:10.534.
Buck-Gramcko y Heinrich, oro y plata en el último Europeo sub23. Foto: BDR |
Y por supuesto no debemos olvidarnos del arsenal
alemán con los jovencísimos Tobias Buck-Gramcko y Nicolas Heinrich en
apoyo de Domenic Weinstein y Felix Gross -si no abandona la pista ahora que
está en el World Tour, como sucederá con Stefan Bissegger-; de que Italia ya ha metido a un tercer ciclista en
el ‘club’, el prometedor Manlio Moro, y que Francia también tiene a dos ‘socios’
que, pese a sus trayectorias radicalmente diferentes, Corentin Ermenault y Benjamin Thomas,
aún tienen mucho que decir.
Y no deja de ser curioso que, pese al declive que le supuso perder su carácter olímpico, la mejoría de tiempos de la persecución individual es mucho más palpable que la de por equipos, aunque esta sea mucho más espectacular.
Los mejores registros de persecución individual de todos los tiempos
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