Tras la publicación el pasado domingo del post ‘¿Queremos velódromos llenos de pistards o de otros deportistas?’ Sergi Escobar nos recordaba el caso que posiblemente sea el caso más extremo de utilización de un velódromo por parte de otro deporte, al menos en nuestro país: El Campeonato de Europa de natación en piscina corta en el año 2000.
Vaya por delante que ignoro las razones sobre por qué se
eligió el Lluis Puig para ese evento y sobre todo pensando que Valencia es una ciudad
de gran tamaño que seguro que tiene más de un recinto que podría haberse
adaptado. En un principio pensé en el aforo, pero me temo que la natación
tampoco es un deporte capaz de llenar un recinto de 6.000 plazas. Y viendo
las imágenes, se ve claramente que este no fue el motivo, ya que se instalaron
unas gradas supletorias más cercanas del foso y se obviaron los asientos
normales, 'aislados' con esas grandes lonas que muestran las fotografías..
Desgraciadamente uno de los problemas de los velódromos
es su capacidad, y en este caso por exceso. Salvo en países como Gran
Bretaña y en espectáculos tan concretos como pueden ser unos Seis Días en Gante
o Rotterdam, o alguna sede puntual de la Champions League, casi nunca se venden
todas las entradas… pero ese aforo es muy interesante para otros eventos,
casi siempre extradeportivos, como pueden ser los conciertos… lo que supone
la salida durante varios días de sus legítimos usuarios.
No quiero terminar sin olvidarme de los grandes
olvidados, los velódromos descubiertos. En gran parte su abandono se debe a
la pésima construcción y a la falta de mantenimiento, pero pueden ser mucho más
adecuados para la iniciación, sobre todo en zonas donde la climatología es más benigna.
En ese sentido, estoy seguro de que Novelda, que hoy se inaugura tras tres décadas y media de abandono, puede suponer un antes y un después en la consideración
de este tipo de instalaciones.
(*) La construcción fue de dos piscinas, construidas con
tecnología modular Myrtha inox. La principal de competición, de ocho calles, y
la piscina de calentamiento de seis, de 25×21 metros, equipadas según normativa
FINA.
Una vez finalizado el Campeonato, las dos piscinas se
desmontaron y se volvieron a montar para construir en una piscina de 50 x 21,
instalada de forma permanente en el Parque del Oeste de Valencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario