En lo mas alto del podio. Foto: Fundación Contador Team |
¿Y por qué hablo hoy de una prueba de carretera?
Sencillamente porque los corredores del Lokosphinx son la base de la selección rusa de pista, con dos
generaciones diferenciadas, pero con enormes cualidades -y resultados- en
los velódromos. Por un lado, están los mayores, con Ivan Smirnov, con 23
años recién cumplidos, Lev Gonov, Nikita Bersenev y el propio Syritsa,
todos ellos nacidos en 2000. Por otro, los más jóvenes, del 2002, Egor Igoshev, Vias Shichkin
e Ivan Novolodoskii, por cierto, hermano de la medallista olímpica rusa
Maria Novolodoskaya.
El que más éxitos ha obtenido hasta el momento es Gonov,
al que ya le conocemos en España por haber ganado la contrarreloj de la
Vuelta a Valencia 2020 y haber terminado segundo en la general. Pero
también hablamos de un persecucionista capaz de rodar en 4:05.549
-estableció esa marca hace escasamente un mes-, de conseguir la plata en el
último Europeo, y, junto a sus compañeros de equipo y generación, de situar a
Rusia como una de las grandes alternativas de futuro en la persecución por
equipos, con una mejor marca de 3:47.315.
Entrando en meta, sin dar opción a sus rivales. Foto: Circuito Guadiana |
Bersenev es el menos exitoso de los veteranos, pero un perfecto complemento en la cuarteta, mientras que
los tres jóvenes van entrando poco a poco en el equipo ruso y con destacadas
actuaciones. Por ejemplo, me encanta la inteligencia en las carreras de
pelotón de Shichkin, que el año pasado se llevaba el bronce en la puntuación del
Europeo de Grenchen. Como los mayores, también son consumados
persecucionistas: en 2020, aún como juniors, y junto a Vyacheslav Ivanov, establecieron un nuevo récord del mundo, con 3:57.989, aunque no sé por qué motivo no
figura en la relación oficial de la UCI.
No me extiendo más sobre el potencial de los ciclistas del Lokosphinx, ni mucho menos aventuro más y mayores éxitos en la Copa de España, pero no puedo terminar sin recordar las enormes sinergias que hay entre carretera y pista. Incluso debo llamar la atención para que este esquema de equipo-selección pudiera trasladarse a España, donde son necesarias nuevas fórmulas para resucitar una pista moribunda.
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