El espectacular accidente sufrido por Mathew Walls y Matt Bostock el pasado domingo en la prueba de scratch de los Juegos de la Commonwealth, cuando se salieron por encima de la balaustrada y golpearon a varios espectadores, ha provocado un debate internacional sobre si son necesarias más medidas de seguridad para los espectadores de los velódromos, e incluso se ha sugerido que deberían estar aislados de la pista por algún tipo de pantalla protectora de plexiglás o un material similar, como sucede en los partidos de hockey, o simplemente aumentar la altura de la balaustrada, que ahora mismo se fija reglamentariamente en 90 centímetros… aunque puede tener elementos de seguridad adicionales (como redes) si hay un salto desde la pista a la zona exterior.
En este caso las opiniones no proceden de iluminados que jamás han pisado un velódromo como sucedió cuando el subdirector de un diario deportivo pedía escapatorias a modo de las que hay en los circuitos del motor para evitar accidentes como el que le costó la vida a Isaac Gálvez. Eso sí, alguno ha aprovechado para soltar la tontería de siempre: el ciclismo en pista es peligroso porque los corredores no llevan frenos.
Las voces que piden más seguridad son tan
cualificadas como las de Chris Hoy o de Laura Kenny, quien considera que al
ser cada vez más altas las velocidades, los riesgos son cada vez mayores.
El propio Bostock también se ha manifestado: “No veo ninguna razón por la que
las cosas no puedan diseñarse mejor o pensarse más detenidamente para
modificarlas”, para decir que “si no se revisan, sería bastante criminal”.
Además, según The Guardian, Australia lidera un grupo que pide que se introduzcan mejoras en la seguridad de los ciclistas en los velódromos.
Caída de Truman y Glaetzer. Foto: Birgimgham 2022 |
La UCI es consciente del riesgo en los velódromos y en los
últimos años ha limitado la presencia de personas en la ‘zona de seguridad’,
sacando a los técnicos de la pista en las pruebas de fondo, por el riesgo de
que sean arrollados por algún ciclista en su caída.
Pero, ¿son necesarias más medidas o simplemente es el
alarmismo habitual cuando sucede un caso espectacular, aunque sea aislado?
Curiosamente cuando estaba escribiendo estas líneas, he visto como varios
corredores afectados en la montonera del último kilómetro en la Vuelta a Burgos
han saltado por encima de las vallas metálicas y si no han afectado al público es porque apenas había espectadores. Y seguro que a nadie se le ocurre decir
que hay que elevar la altura de las mismas.
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