Si en nuestro primer artículo analizábamos lo que supone correr pruebas de fondo en un velódromo de 200 metros de cuerda, como el que acogerá por primera vez el Campeonato de Europa de 2022, en la pista portátil construida en la Feria de Múnich, en esta segunda entrega terminamos nuestro análisis con las pruebas de persecución y de velocidad.
Foto: MarcMuller/Munich 2022 |
La velocidad individual no registrará ningún cambio en
los 200 metros, ya que la clasificatoria se seguirá disputando a 3,5
vueltas, aunque el comienzo de la zona cronometrada justo en la misma línea
de llegada, obligará a un tipo de lanzamiento muy distinto al habitual, y con menos distancia para coger velocidad. En
cuanto a los enfrentamientos directos, se mantiene la distancia de tres
vueltas, aunque al ser más cortas también se vivirá un desarrollo de las
pruebas diferente.
En cuanto a la velocidad por equipos, lo que cambia es la
distancia, ya que se mantienen las tres vueltas, lo que en Munich supondrán
600 metros y no 750, lo que favorecerá a corredores más explosivos. Y ojo, al
ser una distancia distinta a la habitual, no habrá posibilidad de que se batan
récords.
Y terminamos con el keirin, para el que el reglamento UCI
no especifica distancia, salvo que el número de vueltas total se repartirá
en dos partes iguales: la primera mitad tras la derny y la segunda, sin ella, siendo
la distancia en la que abandona la pista lo más aproximada a 750 metros.
De esta forma, cabían dos interpretaciones, con siete u ocho
vueltas, pero el precedente del Mundial junior de Aigle en 2018 nos hace suponer
que serán siete los giros que se den, con la moto abandonando la pista a
falta de tres vueltas y media.
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