Una de las imágenes más atractivas -para un aficionado al ciclismo en pista- del pasado Mundial de carretera fue ver a Suiza en lo más alto del podio del team relay mixto, y en concreto a los tres corredores que formaron parte del mismo: Stefan Küng, Stefan Bissegger y Mauro Schmid.
El equipo suizo de relevo, con sus arco iris. Foto: UCI |
Ese fue el sueño imposible del ya jubilado Daniel Gisiger.
Porque con ellos tres, completados con un cuarto hombre como pudiera ser Robin Froideveaux, que también estuvo en Tokio, Suiza podría soñar con estar
en el podio olímpico de París…. aunque lo más normal es que ninguno de
ellos tres esté en la próxima cita olímpica. Al menos en pista, porque en
carretera los tres deben ser seguros.
Gisiger cedió los tratos al frente de la selección
helvética al francés Mickaël Bouget, quien hace algunas semanas mostraba en Tribune de Genève sus planes y sus esperanzas. La realidad es que sin
ellos poco menos que se ve obligado a comenzar con unos nuevos mimbres, aunque
tenga a veteranos que pueden aportar su experiencia como Claudio Imhof; el
deseo es “no empezar de cero; el momento no es de reconstrucción, sino de
evolución”, lo que pasaría por intentar repescar a alguno de sus tres
magníficos.
Küng, Bisseger y Schmid, en acción. Foto: UCI |
El técnico galo considera como “punto positivo que todos
los júnior de nivel nacional que salen a la carretera tienen la obligación de
practicar en pista durante el periodo invernal”. Y ello se está notando sobre
todo en las mujeres donde la cuarteta suiza cada vez se encuentra más cerca de
ese grupo de países con opciones de estar en unos Juegos. ¿Pero los hombres? ¿Se
quedará Suiza fuera de París cuando cuenta con los mejores persecucionistas de
su historia?
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