Podio del omnium. Foto: UCI Track |
La decimoquinta plaza en el scratch, donde tuvo que ‘remar’ para intentar cerrar una escapada y que le dejó sin fuelle de cara al sprint marcó el ómnium de Mora, en una primera prueba en la que Aaron Gate, Shunsuke Imamura y Kellend O’Brien ganaron vuelta. No obstante, fue el japonés el que se colocaba líder a mitad de ómnium, con su dominio en una tempo en la que dobló dos veces. Era así donde Hayter comenzaba a impresionar ganando hasta nueve sprints y terminando segundo de la prueba y tercero en la general, a seis puntos del líder y cuatro del neozelandés. A Mora le faltó ganar algún punto que le hubiera permitido pasar del puesto 13 a un top 10 como mínimo, por lo que la suerte de la prueba comenzaba a estar echada para él.
Mora, en un momento del omnium. Foto: Fed. Española |
Sin abrir mucho hueco, con más dominio en la madera que en la clasificación, Hayter no dio opción en la puntuación final, en la que Niklas Larsen, con dos vueltas ganadas se metió en la pelea por las medallas, donde Thomas seguía su escalada. Francés e inglés se lanzaron hacia un final en el que el galo, si ganaba podía llegar al bronce, desplazando al danés y con el ‘kiwi’ como plata. Pero el desenlace no eran los puntos del ultimo sprint, sino una vuelta ganada que beneficiaba a Thomas, que terminaba segundo tras Hayter (147 a 127), con Gate bajando hasta el bronce, con 118, y con Larsen quedándose fuera del podio.
Las belgas, celebrando su triunfo. Foto: Belgian Cycling |
Aun así, Francia aún llegaba con opciones a los dos últimos sprints. Pero en el primero de ellos Italia les dejaba en el tercero puesto… lo que significaría que en el último el segundo puesto de Francia fuese contrarrestado por el cuarto de las belgas (32 a 31), con las danesas Amalie Dideriksen y Julie Leth ’subiendo’ hasta el bronce al ganar los diez puntos de la llegada. Circunstancias que pueden suceder en este deporte, aunque lo malo es que a Copponi, entonces con Marion Borras, le había pasado lo mismo en el Europeo, en esa ocasión frente a Italia.
Para las españolas Tania Calvo y Laura Rodríguez, un abandono antes de mitad de prueba, ya que perdieron contacto un par de veces y ello se traduciría en no poder aguantar el ritmo y terminar dejando la prueba.
Alemania no copa, pero mantiene el oro
Brausse, bronce, plata y oro. Foto: UCI Track |
Todas ellas habían estado por debajo de 3:21 en la clasificatoria matinal, en la que Ziortza Isasi finalizaba en el puesto 20 (3:42.692), pero el orden no había sido el mismo. Kröger dominó también por la tarde, hasta que en el último kilómetro Knight tomaba la delantera, y de forma definitiva (3:21.459 a 3:22.002). Y en la final absoluta Brausse salió muy fuerte, pensando quizá en el récord del mundo, por lo que terminaría acusándolo. En los últimos 500 metros, la neozelandesa se ponía por delante, aunque un último ‘rush’ de la germana le daba ese oro, culminando la ascensión en los puestos del podio antes referida: 3:19.427 a 3:19,869.
Mejor marca personal para Martínez
Después del bronce de ayer, a Alejandro Martínez le quedaba la velocidad, con esa mezcla de motivación tras su gran kilómetro y cansancio. Y en un torneo de mucho nivel, tuvo que salir a tope para marcar un 9.847 que le supone su mejor marca personal, pero que equivalía solamente a un puesto 28, es decir, el último de los que clasificaba. Este hecho, y los 9.224 de Harrie Lavreysen dan una idea de lo que fue el 200 más rápido de la historia.
Kouamé, otro 'festival' para la velocidad francesa. Foto: UCI Track |
Y terminamos con los 500 que supuso un nuevo éxito, quizá inesperado más por lo tempranero -apenas 20 años- que por la clase de Kouamé, que prolongaba el éxito femenino galo en la velocidad. Y es que la ciclista local mejoraba su registro matinal (32.835 por 33.159) lo que le valía para dejar nuevamente sin ‘arco iris’ a Emma Hinze, que no pudo mantener su nivel de la clasificatoria, aunque no le hubiera valido para ganar (32.968 a 33.051).
El bronce lo conseguía la japonesa Yufang Guo (33.214) a lo Alejandro Martínez, es decir, remontando de la séptima plaza hasta la tercera, en un torneo en el que la sorpresa fue que tanto Lea-Sophie Friedrich, novena, como Pauline Grabosch, décima, quedaban fuera de la final, y en el que Helena Casas (34.554) era vigésima.
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