El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, apuntó en una entrevista el pasado viernes en ‘Corriere della Sera’ la posibilidad de que los deportistas rusos que se opongan a la guerra puedan volver a las competiciones internacionales, con la perspectiva de su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Bach, en una conferencia de prensa. Foto: COI |
La UCI decidió el pasado mes de marzo que los equipos
nacionales rusos y bielorrusos y/o selecciones nacionales no podrían participar
en ningún evento del Calendario Internacional UCI, aunque los titulares de
licencias rusos y bielorrusos estaban autorizados a participar en pruebas del
Calendario Internacional UCI con sus respectivos equipos siempre que estén
inscritos en una formación que no sea ni rusa ni bielorrusa.
Sin embargo, uno de los puntos del documento apenas se ha
cumplido, la participación individual de los ciclistas de los dos países eliminando
cualquier referencia a Rusia o Bielorrusia, incluidos el nombre, los
emblemas, las siglas y las banderas, siendo sustituidos por una referencia o
denominación neutral en todos los eventos, aunque ha sido algo habitual en
otros deportes, pero también dependiendo bastante de la nación donde se disputaba
el evento.
Rusia ya participó en Tokio sin su nombre ni emblemas, debido a su sanción por la AMA. Foto: UCI |
También hay que recordar que la primera competición es el
Europeo, a mediados de febrero, es decir, dentro de cuatro meses y medio, y
que antes de ese momento todo debería estar resuelto -y ojalá que fuese
porque haya acabado la guerra-, ya que cada evento que pase es una oportunidad
perdida para estar en los Juegos.
De todas formas, y si nada cambia, el mayor problema no es el deportivo, sino el político. El presidente del Comité Olímpico Ruso, Stanislav Pozdnyakov, criticó las declaraciones diciendo que "podemos concluir de la declaración de hoy del presidente del COI, Thomas Bach, que se invita a los atletas rusos a cambiar su afiliación nacional y su posición cívica por el humillante estado neutral para poder realizar en el escenario internacional. Nuestros atletas están siendo coaccionados para violar las leyes de su país y la Carta Olímpica".
Por no hablar que oponerse a la guerra conlleva en la actual situación rusa un riesgo real de terminar encarcelado o, como poco, apartado del sistema deportivo y sin posibilidades de seguir compitiendo. O en el exilio, con una perspectiva mucho menos halagüeña.
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