Que un deportista quiera ser olímpico en dos deportes diferentes es algo que no parece muy extraño en otras latitudes nórdicas. Y más si se trata disciplinas relativamente compatibles e incluso con distintos momentos de protagonismo, aunque no sea una tarea fácil ni siquiera para un deportista de élite. Ya enTrackPiste contábamos que medio centenar de atletas han participado tanto en Juegos Olímpicos de Invierno como de Verano, de los que una veintena han conseguido medallas en alguno de estos dos eventos y solamente cinco en ambas.
Y de ellos, hacíamos mención especialmente a los cinco
pistards que intervinieron anteriormente en los invernales: la alemana
Christa Luding-Rothenburger, los canadienses Georgia Simmerling y Vicent de
Haître, y los neerlandeses Laurine van Riesen y, Jeroen Straathof quien también
tiene el mérito de haber intervenido en unos Juegos Paralímpicos.
Foto: Web Alexandra Ianculescu |
Sin embargo, ese mismo objetivo de estar en París 2024 en la
persona de la patinadora Alexandra Ianculescu tiene
otra dimensión totalmente distinta que no me resisto a dejar pasar de lado.
Y es que la rumano-canadiense declaraba recientemente en un medio
norteamericano que la red de contenido erótico OnlyFans, que se ha
convertido en la gallina de los huevos de oros para muchos deportistas más pseudoprofesionales
que realmente de alto nivel, era lo que permitía afrontar su preparación
hacia ese sueño olímpico.
Ni que decir que la historia es muy ‘atractiva’ y por
ello aparece esta semana en numerosos medios españoles… que no profundizan lo
más mínimo sobre lo real que puede ser el sueño de Ianculescu. Porque la
‘neociclista’ tiene actualmente 31 años, una edad un poco avanzada como
para pensar en debutar en París sin experiencia… y sin aparecer siquiera en
ninguno de los rankings UCI de las distintas disciplinas, olímpicas y no
olímpicas. Es más, ni siquiera participó en el último Campeonato de
Canadá élite el pasado mes de enero.
En fin, no pongo en duda los sueños de la deportista, ni,
desgraciadamente, la influencia de OnlyFans y otros experimentos
similares, pero sí la profesionalidad de los que reproducen historias sin
una mínima comprobación. Y es que, como me decían en la Facultad, “no
dejes que la verdad te estropee una bonita noticia”.
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