Radio-Canadá publicaba esta semana un interesante reportaje sobre las dos grandes figuras de la velocidad canadiense, Kelsey Mitchell y Lauriane Genest. Dos ciclistas que ahora son inseparables, que comparten piso y muchas horas de trabajo juntas. Pero que en un primer momento mantuvieron una intensa rivalidad. Cuando decidieron trabajar juntas fue cuando se dieron cuenta de sus posibilidades y llegaron a lo más alto, a esas medallas olímpicas de oro y bronce que lograron, respectivamente la de Alberta y la de Quebec. Ahora sueñan con estar en un mismo podio juntas, algo que lograron como equipo en la Copa del Mundo de Milton, en enero de 2020, cuando todo comenzó a cambiar, pero de forma individual.
Una pose a la que recurren a menudo, pero ahora sus medallas olímpicas. Instagram Kelsey Mitchell |
Genest, que procedía del patinaje, era la pistard más
destacada, mientras que Mitchell era una recién llegada que no se mostraba
demasiado satisfecha. “Odié los primeros meses con el equipo porque
realmente no podía hacer nada. Me cabreaba mucho ser mala en un deporte. Me
sentía como una impostora”. Sin embargo, a finales de año fue llamada para
mudarse a Ontario, y en el Campeonato Canadiense lograba superar a Genest en la
velocidad. “Para mí era una oportunidad de demostrar que podía estar en el
equipo. Realmente nadie me conocía, acababa de llegar y les gané”.
Claro que ese resultado fue un shock para la de Montreal que
recuerda que “Kelsey se volvió muy buena rápidamente. Mi lado demasiado
competitivo e inmaduro la veía como una amenaza y una rival. No reaccioné bien
a eso. Honestamente, eso me asustó. Eventualmente, ella estaba incluso un
poco por delante de mí y todo fue muy difícil para mí”.
Los Juegos Panamericanas, donde no participó Genest y
Mitchell se coronó como campeona de la velocidad, agudizaron ese malestar.
“Era joven e inmadura. La llegada de Kelsey me afectó mentalmente. Yo era la
nueva prodigio en el programa, y de
repente llegó y tomó mi lugar”
En un entrenamiento, Instagram Lauriane Genest |
“Ella realmente quería que fuéramos amigas, por lo
que estaba empujando en la dirección correcta”, reconoce Genest.
Y la Copa del Mundo de 2019-20 comenzó a mostrar los
resultados de las dos corredoras, que compiten entre ellas, pero son
conscientes de que se tienen que ayudar. En Cambridge las dos reciben sendas
medallas de plata, en velocidad y sprint, pero sobre todo con ese oro en la
velocidad por equipos en Milton.
“Terminé dándome cuenta con el tiempo que mantener estos
sentimientos negativos hacia ella me estaba agotando. Tuve que aceptarla y
tomarla como una aliada más que como una rival”, cuenta Genest.
La llegada del Covid, con el confinamiento, hizo que pasasen
mucho más tiempo juntas… y ahora son inseparables fuera y dentro de la
pista, a pesar de sus personalidades opuestas.
Buen rollo ante todo. Instagram Kelsey Mitchell |
De hecho, llevan ya varios años compartiendo casa en Oakville,
cerca de Milton. Salvo las dos horas que Mitchell se levanta antes, “el resto
del tiempo, prácticamente compartimos todo. Tenemos una rutina muy similar.
Pasamos mucho tiempo entrenando, pero también recuperándonos”. La albertana,
cuatro años y medio mayor, no siente que deba desempeñar el papel de hermana
mayor con su compañera.
También difieren deportivamente hablando. Genest se
centra más en sus impresiones y en las opiniones de sus entrenadores; Mitchell
presta total atención a las estadísticas y datos recopilados.
Y el gran momento de sus vidas deportivas llegó en Tokio. La
final de keirin tuvo a ambas como protagonistas, con Genest, tercera, y
Mitchell, quinta y fuera del podio. “Con Lauriane en el podio, las lágrimas
corrían por mis mejillas. Mi entrenador vino a consolarme diciéndome que
tenía una buena oportunidad en la velocidad, Pero no estaba llorando porque
estaba triste. Fueron lágrimas de felicidad y orgullo por Lauriane”.
Plata ayer en Milton, junto a Sarah Orban. Twiter Canada Cycling |
“No soy una persona de equipo”, admite Genest. “Soy
independiente, individual. Eso es lo que me trajo Kelsey. Ella me enseñó que
podíamos ayudarnos, entrenarnos y subir la escalera muy rápido como lo hicimos.
Sentí que era mi medalla, pero también nuestra. Fue compartida con todos, pero
especialmente con ella”.
Eso sí, la rivalidad entre ambas sigue existiendo. “Para mí,
el desafío es creer que puedo hacerlo mejor que Kelsey. Creo en mí y en mi
potencial. Pero a diario, también me doy cuenta a menudo de que ella está unos
pasos por delante de mí y eso me motiva”.
Ahora, el objetivo es lograr ese podio compartido. “Uno
de nuestros objetivos es lograr juntas un podio internacional en una prueba
individual, pero no podemos ser segunda y tercera, una debe ganar”.
“Tenemos buenas actuaciones. Pero a menudo, yo en el keirin y
ella, en la velocidad, raramente juntas. Tener éxito en la misma carrera al
mismo tiempo, compartir este momento es uno de nuestros grandes sueños”, indica
Genest. “Lograr eso además de los Juegos Olímpicos, juntas, mientras
escuchamos el himno nacional de Canadá, ¡sería increíble!”, termina
Mitchell.
Un resumen bastante amplio, pero aún así os recomendamos que leais el reportaje completo (en francés)
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